El líder del Congreso Nacional Africano (ANC), Cyril Ramaphosa, de 65 años, tomó ayer posesión como nuevo presidente de Sudáfrica, después de que el Parlamento confirmase su elección tras la renuncia de Jacob Zuma, salpicado por escándalos de corrupción y repudiado por su propio partido.

Ramaphosa fue elegido presidente del país en una sesión parlamentaria sin necesidad de votación, después de que su partido, el ANC, propusiera su candidatura. En un breve discurso, prometió "no decepcionar" a la ciudadanía y ha situado dentro de su "radar" todos los temas relacionados con la corrupción.

Ramaphosa es el quinto presidente elegido en Sudáfrica desde el final del régimen del Apartheid, que concluyó con la victoria de Nelson Mandela en las primeras elecciones democráticas celebradas en el país en 1994.