El presidente de EE UU, Donald Trump, trazó ayer ante los líderes políticos y económicos reunidos en Davos un retrato de su país como una economía floreciente tras un "gran año" bajo su presidencia. Trump quiso poner el énfasis en que sus exigencias de "comercio" justo y sus ataques a los tratados de libre comercio no son sinónimo de aislacionismo.

"Estados Unidos primero no quiere decir Estados Unidos en solitario", sostuvo ante 1.500 personas en una alocución en la que prometió "cooperación" y amistad al resto del planeta. "Hemos tenido un gran primer año, de éxitos en muchos campos diferentes", aseguró el magnate, confortado por un elevado crecimiento y una baja tasa de desempleo.

El inquilino de la Casa Blanca dibujó una economía floreciente e incitó a las grandes compañías presentes en el Foro Económico Mundial a invertir en EE UU. "Nunca hubo un mejor momento para contratar, construir, invertir y crecer en Estados Unidos. Estados Unidos está abierto otra vez para hacer negocios y volvemos a ser competitivos", afirmó el líder estadounidense.

Trump también tuvo un momento para enviar sus "afectuosos saludos" a los líderes africanos durante una reunión con el presiente de la Unión Africana y de Ruanda, Paul Kagame, a pocos días de que calificase a naciones africanas y caribeñas de "países de mierda". Trump se reunió con Kagame para felicitarle por su nombramiento como presidente de la Unión Africana.