La primera sesión de diálogo en dos años entre delegaciones de Corea del Norte y Corea del Sur se saldó ayer con una apreciable mejoría de la relación bilateral, plasmada en el acuerdo de iniciar conversaciones militares para rebajar la tensión. Las delegaciones, que estuvieron reunidas once horas, también se ocuparon del motivo oficial que llevó a la convocatoria de la cita y acordaron que los deportistas de los dos países desfilarán juntos en las ceremonias de apertura y cierre de los Juegos Olímpicos de invierno que se disputarán en febrero en la surcoreana Pyeongchang,

"Los delegados de las dos Coreas han aceptado hacer de los Juegos Olímpicos una oportunidad para restaurar las relaciones entre ambos países", anunció el viceministro de Unificación surcoreano, Chun Hae Sung. Por parte norcoreana, el presidente del Comité para la Reunificación Pacífica, Ri Son Gwon, declaró: "Estamos pensando en ofrecerle al pueblo su primer regalo de Año Nuevo, un resultado que no tiene precio: Corea del Norte y Corea del Sur hablando en serio y con sinceridad".

Los delegados del Gobierno surcoreano propusieron, además, abrir conversaciones con la Cruz Roja para permitir reuniones de familiares -separados por la guerra que llevó a la partición del país (1950-1953)- durante la celebración del Año Nuevo Lunar en febrero. Esta propuesta surcoreana no fue incluida en el comunicado de prensa conjunto difundido al término de la reunión, lo que indica que se encuentra en estudio por parte de las autoridades norcoreanas, que previsiblemente se pronunciarán sobre ella en los próximos días. La última reunión de familiares tuvo lugar en octubre de 2015.

Pese al buen ambiente en el que transcurrió la sesión, Corea del Norte quiso dejar clara una cuestión: no discutirá sobre su arsenal nuclear con Seúl puesto que esas armas solo están dirigidas contra EE UU y no contra los "hermanos" del país vecino. Por eso, los representantes del régimen de Pyongyang presentaron una "fuerte queja" cuando Seúl propuso conversaciones para la desnuclearización de Corea. Con todo, los delegados de ambos países acordaron reunirse de nuevo para resolver los problemas y evitar un conflicto accidental en medio de la elevada tensión generada por el programa nuclear norcoreano y por el incremento de la retórica belicista de EE UU desde el inicio de la presidencia Trump.