El exdirector del FBI James Comey, destituido de manera fulminante esta semana por el presidente de EE UU, Donald Trump, no testificará ante el Comité de Inteligencia del Senado que investiga la supuesta colusión entre el Kremlin y el equipo del magnate para interferir en los resultados de las presidenciales de noviembre, la denominada "conexión rusa".

Comey había sido invitado por los líderes del comité para que diera cuenta de la marcha de las investigaciones que el buró tiene en curso sobre el mismo asunto.

Ni el exdirector del FBI ni nadie de su entorno acompañó de una explicación el rechazo a testificar, pero la negativa llegó horas después de que Trump le dirigiera una amenaza directa en Twitter: "A James Comey más le vale que no haya cintas de nuestras conversaciones antes de que empiece a filtrar a la prensa".

Las cintas a las que se refiere el tuit del Presidente -y por las que Wikileaks ofreció ayer 91.000 euros- serían las de una cena privada que ambos mantuvieron al poco de la investidura y en la que Trump exigió a Comey "lealtad" y éste ofreció sólo "honestidad".

Quien sí declarará la próxima semana en el Senado es el vicefiscal general de EE UU, Rod Rosenstein, el principal funcionario del Departamento de Justicia salpicado por la destitución de Comey. Rosenstein deberá responder a preguntas sobre las circunstancias del despido y su participación en la redacción del informe que envió a Trump recomendándolo.

La Casa Blanca le atribuye a él y al fiscal general, Jeff Sessions, la decisión final del magnate de fulminar a Comey, pero Trump, en un aparente fallo de coordinación con su gabinete de prensa, dijo más tarde que ya tenía decidido el despido antes de recibir tal informe.

Para acabar de complicar las cosas, Rosenstein es el responsable de supervisar la investigación del Departamento de Justicia sobre la injerencia rusa, dado que Sessions tuvo que inhibirse al ser descubierto que mantuvo reuniones con funcionarios rusos y las ocultó en las audiencias para su confirmación en el Senado.

Trump anunció ayer que espera designar con rapidez un nuevo director del FBI y, en un discurso de ceremonia de graduación, animó a los jóvenes a abrazar, como él, la etiqueta de "ajenos al sistema" para desafiar a las "fracasadas estructuras de poder".