El candidato presidencial conservador francés, François Fillon, decidió ayer que no se retirará de la carrera por El Elíseo pese a haber sido imputado por los jueces por los empleos ficticios de su esposa y dos de sus hijos. La decisión de Fillon, a quien los jueces han convocado el día 15 para comunicarle su imputación, se basa, según sus propias palabras, en que su situación es "un asesinato político sin precedentes" en el que "también se asesinan las elecciones presidenciales". Fillon fue elegido candidato en las primarias del partido Los Republicanos (ex-UMP), que contaron con una participación de cuatro millones de electores.

Las duras acusaciones de Fillon contra los jueces fueron respondidas de inmediato por el presidente Hollande. "Una candidatura a las presidenciales no autoriza a suscitar sospechas sobre el trabajo de policías y jueces, a crear un clima de desconfianza incompatible con el espíritu de responsabilidad y, aún peor, a lanzar acusaciones extremadamente graves contra la Justicia y, a mayor escala, contra las instituciones", dijo Hollande en un comunicado.

Para el ex primer ministro "es inverosímil que un caso de esta importancia se lance solo unos días después de la designación de los jueces, sin que hayan tenido conocimiento del dosier". Los jueces instructores del proceso, que hasta ese momento estaba en manos policiales, fueron designados el pasado viernes, por lo que han tenido cuatro días para analizar los resultados de un mes de investigaciones. Fillon se queja además de que se le convoque para el día 15, cuando el día 17 se acaba el plazo para la presentación oficial de las candidaturas a la presidencia francesa.

"No reconozco los hechos. No he malversado fondos públicos", reiteró Fillon, quien alegó que contrató como asesora parlamentaria a su mujer, Penelope, y a dos de sus hijos, "porque sabía que podía confiar en ellos". El aspirante explicó que se presentará ante la justicia (aunque como diputado aforado tenga el derecho a negarse) para demostrar su inocencia, antes de denunciar que no ha sido tratado como otros y que no se ha respetado su presunción de inocencia. En todo caso, como aspirante a la Presidencia, y a árbitro máximo de la República, a Fillon le sería complicado explicar a la ciudadanía que recurre al fuero para evitar colaborar con la justicia.

El cerco judicial a Fillon ha provocado ya defecciones en su entorno. Por un lado, los centristas del UDI, grupo satélite de la derecha, le han retirado su apoyo y se alinearán con el candidato socioliberal, Emmanuel Macron. Por otro, destacados diputados se distancian. El más relevante es el exministro Bruno Le Maire, responsable de Internacional de la campaña de Fillon.