Insurgentes yihadistas sin identificar llevaron ayer el duelo a una academia de policía de la localidad paquistaní de Quetta, en la provincia de Baluchistán, situada en el oeste del país y limítrofe con Afganistán e Irán. Tres individuos armados con fusiles de asalto Kalashnikov y cinturones de explosivos mataron a un capitán y 62 cadetes, además de herir a otras 120 personas, en el curso de un ataque de cinco horas que se saldó con el suicidio de dos de los agresores. El tercero fue abatido a tiros por fuerzas paquistaníes.

El mayor general del Cuerpo de Fronteras Sher Afgan, quien dirigió la operación de contraataque, indicó a televisiones locales que los atacantes pertenecían al grupo insurgente suní de vocación sectaria Lashkar-e-Jhangvi (LeJ) y aseveró que los agresores estuvieron en comunicación durante el ataque con Afganistán.

Sin embargo, el asalto fue reivindicado tanto por la principal formación insurgente del país, el Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP, rama paquistaní de los talibanes), como por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).

"El ataque fue una respuesta a los asesinatos de nuestros combatientes bajo custodia policial. Continuaremos con estos asaltos hasta que la ley islámica sea impuesta en el país", indicó el TTP en un comunicado. La agencia Amaq, vinculada al EI, señaló por su parte que el ataque fue perpetrado por tres de sus yihadistas que "se enfrentaron a miembros de la Policía durante cerca de cuatro horas y usaron fusiles automáticos y bombas caseras". Las autoridades paquistaníes no se habían pronunciado hasta anoche acerca de las reivindicaciones formuladas por estos dos grupos.

Baluchistán, la provincia más extensa y menos poblada de Pakistán, es escenario habitual de violencias de grupos armados separatistas, facciones talibanes y grupos yihadistas. En agosto, un suicida mató a 72 abogados en un hospital donde se habían reunido por el asesinato una hora antes de otro prominente letrado. La autoría fue reclamada por el EI y el grupo paquistaní Jamaat ul Ahrar (JuA). El asalto de ayer en Quetta es uno de los peores ataques del año en el país, tras la matanza de los abogados y el atentado suicida en un parque de Lahore que causó 73 muertos en marzo.