Cuatro personas murieron y otras 35 resultaron heridas en una cadena de atentados ocurridos entre el jueves y el viernes en varias ciudades y dos de los principales destinos turísticos de Tailandia. En total, 14 fueron los explosivos que estallaron, algunos de manera simultánea. "Las bombas son un intento de generar caos y confusión", afirmó el primer ministro y jefe de la junta militar, Prayut Chan-ocha, al tiempo que pidió calma y aseguró que mantenían el control de la situación y que reforzarían la seguridad.

Ningún grupo reivindicó ayer los ataques aunque, según informó la agencia "Efe", un portavoz policial indicó que "las bombas, detonadas a distancia con un teléfono móvil, son del mismo tipo de las que utilizan los insurgentes en el sur". Más de 6.500 personas han muerto en el sur de Tailandia desde que el movimiento separatista musulmán reanudó la lucha armada en 2004.

La cadena de atentados comenzó el jueves en Trang. En las horas siguientes y antes de la entrada del viernes, se desactivaron dos explosivos en la turística playa de Patong y estallaron dos bombas, que causaron un muerto y 20 heridos, en Hua Hin.

El viernes por la mañana estallaron otros once explosivos en las provincias de Surat Thani, Chumphon, Phuket, Phan Nga y de nuevo Hua Hin.

Fuentes policiales indicaron que los extranjeros heridos, alguno de gravedad, son cuatro alemanes, tres holandeses, dos italianos y un austriaco. La Embajada de España advirtió en un comunicado que "la situación es volátil e impredecible y no se puede descartar que se produzcan nuevos atentados". Tailandia esperaba alcanzar este año las visitas de 30 millones de turistas.