El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, cree que el acuerdo UE-Turquía sobre los refugiados, suscrito el pasado marzo, corre un "gran peligro". "El éxito del acuerdo hasta ahora es frágil. El presidente (Recep Tayyip) Erdogan ha sugerido en varias ocasiones que quiere ponerle fin", afirma Juncker en una entrevista con el diario austriaco "Kurier". Y, si eso ocurre, advierte, "se puede esperar que de nuevo los refugiados estén a las puertas de Europa".

Las críticas de las capitales comunitarias y de la propia Bruselas a la masiva represión desatada por Erdogan tras el fallido golpe de Estado del pasado 15 de julio han tensado sobremanera las relaciones con Ankara.

Entre otras cosas, la intención del presidente turco de reinstaurar la pena de muerte, si así lo aprueba el Parlamento, ha sido contestada por el propio Juncker con la advertencia de que eso haría aún más improbable la ya de por sí muy difícil adhesión de Turquía al club comunitario.

Quejas

Erdogan se ha quejado los últimos días de que la UE no está cumpliendo la parte económica del acuerdo, las compensaciones por la devolución de los refugiados llegados a Grecia por mar, ni con su promesa de eliminar los visados para los turcos que viajen a territorio comunitario.

En este tenso contexto de relaciones, Erdogan anunció ayer que retirará todas las demandas contra aquellos a quienes acusó en los últimos meses de haberlo injuriado. Pero, a renglón seguido, estalló contra quienes le han criticado por su purga sin paliativos, saldada hasta ahora con más de 18.000 detenciones y 66.000 suspensiones o despidos de funcionarios.

"Algunas personas nos dan consejos. Dicen que están preocupados. Métanse en sus propios asuntos. Cuiden de sus propias cosas", protestó Erdogan.

"Ni una sola persona ha venido a mostrar sus condolencias (por las víctimas) ya sea desde la Unión Europea o desde Occidente. Esos países o líderes que no están preocupados por la democracia de Turquía, por la vida de nuestro pueblo y su futuro -mientras que están preocupado por el destino de los golpistas- no pueden ser nuestros amigos", avisó.

Horas antes, el presidente turco ya había criticado las declaraciones de un general de Estados Unidos, Joseph Votel, que había mostrado preocupación por la destitución de numerosos oficiales, entre ellos 149 generales, ya que podría afectar a la cooperación con Turquía en la lucha contra el terrorismo yihadista.

"Ya se va uno cansando un poco. ¿Usted quién es? Conozca sus límites. En lugar de darnos las gracias por abortar un golpe de Estado en nuestro país, en lugar de dar las gracias en nombre de la democracia, usted va y se alinea con los golpistas", dijo, enfurecido, Erdogan.

Güllen, instigador

"Además, al golpista lo estáis albergando en vuestro país", agregó, en referencia al clérigo turco Fethullah Gülen, residente en Estados Unidos desde el año 1999, al que Ankara tiene por instigador de la asonada, aunque él lo niega.

El anuncio de Erdogan de retirar las demandas por injurias, varias de ellas en Alemania, fue desmentido por uno de los abogados que le representan en ese país, Ralf Höcker: "En Alemania, por ahora, no cambia nada". En particular, la demanda contra el cómico alemán Jan Böhmermann desató una crisis diplomática con Berlín, en la que Angela Merkel terminó poniéndose de lado del mandatario turco.