El opositor cubano Guillermo Fariñas comenzó ayer una nueva huelga de hambre con la intención de llegar "hasta las últimas consecuencias" para que el Gobierno de Raúl Castro ponga fin a la persecución contra los disidentes. "Me declaro en huelga de hambre y sed hasta que usted no diga públicamente que no seremos más torturados", dijo Fariñas. El disidente, dirigente del Foro Antitotalitario Unido (FANTU), responsabilizó a Castro y su Gobierno de su vida, así como de "las vidas de todos los opositores no violentos a partir de este momento".