Las ejecuciones por pena de muerte alcanzaron en 2015 la cifra más alta que se registra en más de 25 años, según denunció ayer Amnistía Internacional (AI) al presentar su informe anual. Durante el último año un total de 1.634 personas fueron ejecutadas, un dato que supone la cifra más alta desde 1989 y que representa un aumento de 573 muertes con respecto a 2014, cuando se llegó a 1.061 ejecuciones.

Con todo, estas cifras no incluyen las penas de muerte aplicadas en China, ya que Pekín trata estos datos como secreto de Estado, aunque AI estima que "miles de personas" fueron ejecutadas en 2015 en la segunda economía

El aumento global de la cifra facilitada por AI se debió a tres países, Arabia Saudí, Irán y Pakistán, que fueron responsables del 89% de todas las ejecuciones mundiales, excluidas las chinas. Irán, que ejecutó al menos a 977 personas en 2015 frente a las 743 del año anterior, es uno de los países que aplicó la pena de muerte a acusados que eran menores de edad en el momento del presunto delito, con lo que infringió el derecho internacional, según el organismo.

Por su parte, Pakistán envió a la horca a más de 320 personas y en Arabia Saudí el número de ejecuciones por métodos como la decapitación se elevó un 76% respecto a 2014.

Otro aspecto preocupante para Amnistía Internacional lo constituye el incremento del número de países que perpetraron esta práctica, que ha pasado de 22 estados en 2014 a 25 en 2015. Entre los tres nuevos países del "club de la muerte legal" se encuentra Chad, que el pasado agosto fusiló a diez presuntos miembros del grupo terrorista Boko Haram, tras doce años sin haber practicado ninguna ejecución.

Aboliciones

Para la directora del estudio de AI, Audrey Gaughran, 2015 fue un año de extremos, al dejar "tanto buenas como malas noticias". Así, a pesar del incremento de condenas capitales, "por primera vez son mayoría los países del mundo, 102, que han abolido por completo la pena de muerte", después de que en 2015 cuatro Estados (Fiyi, Madagascar, República del Congo y Surinam) la eliminaran de su legislación. A este grupo de países, se le sumará pronto Mongolia. Por otra parte, la proporción alcanza los dos tercios de los países si se suman aquellos que tienen la pena de muerte en su legislación pero no la aplican.