El Tribunal Supremo estadounidense desestimó ayer un recurso de un grupo de activistas pro armas contra una ordenanza que prohíbe la utilización de armas de asalto y de gran capacidad de munición en Highland Park, un barrio periférico de Chicago.

Este rechazo llega en un momento de gran debate en torno a la legislación armamentística que rige en el país tras los últimos tiroteos masivos, entre ellos el atentado de San Bernardino, y supone que la ordenanza de Highland Park permanecerá vigente.

En su mensaje a la nación, Barack Obama señaló el sábado que la pareja de atacantes en San Bernardino acumuló un gran arsenal. En este sentido, Obama apeló a la limitación de armas de asalto.