Al menos 12 miembros de la guardia presidencial murieron ayer y 16 resultaron heridos en un atentado perpetrado en la capital de Túnez que las autoridades no dudan en atribuir a los yihadistas y que es el tercero que sufre el país en 2015. El ataque, realizado al caer la tarde en la céntrica avenida Mohamed V, una de las arterias de la ciudad, obligó al Gobierno a decretar el estado de emergencia en todo el país y un toque de queda en la capital, por segunda vez en lo que va de año.

El nuevo atentado supone un cambio en la estrategia de los yihadistas, ya que tras hundir la industria de turismo apuntan ahora contra las fuerzas de Seguridad. "Fue una bomba adosada a la parte inferior del vehículo o dejada en la calzada, y probablemente accionada por control remoto al pasar por aquí", explicó a Efe una fuente de Seguridad cerca de lugar de los hechos.

La zona del ataque es altamente simbólica: el autobús estalló frente a la sede del antiguo partido del derrocado dictador Ben Ali y a escasos 200 metros de la plaza del 14 de enero, fecha en la que fue derrocado.

El atentado de ayer es el tercero que sufre Túnez en 2015 tras los perpetrados el 18 de marzo y el 26 de junio en el museo de El Bardo, el más importante de la capital, y en la playa de un hotel de la ciudad costera de Susa.

Aquellos ataques costaron la vida a 60 turistas extranjeros (22 en El Bardo y 38 en Susa) y lograron hundir la industria del turismo, uno de los pilares de la débil economía tunecina, sumida desde entonces en una profunda crisis.

Fue precisamente tras el ataque en Susa cuando el Gobierno impuso por primera vez el estado de emergencia en el país, que mantuvo en vigor durante dos meses y medio.

El de este martes se centra claramente en los cuerpos de Seguridad, que en el último mes y medio han incrementado su combate contra las fuerzas yihadistas locales, que comienzan a ganar terreno en el sur del país.

En los últimos 45 días, el Ministerio de Interior informó del desmantelamiento de al menos una decena de presuntas células yihadistas y del arresto de más de medio centenar de sospechosos en todo el país.

Además, ha informado de que impidió en el último momento dos atentados en la ciudad costera de Susa, donde se han instalado antiguos miembros del régimen libio derrocado en 2011, y en la propia avenida Bourguiba del centro de la capital.

Mientras, al menos siete personas, tres de ellas terroristas, murieron ayer y 14 resultaron heridas en un atentado con coche bomba y un ataque de un suicida en un hotel en el que se alojaban jueces que participan en el proceso electoral en la ciudad egipcia de Al Arish, en el norte de la península del Sinaí.

En esa parte del país, en la que rige el estado de emergencia y el toque de queda desde el año pasado, tienen su base grupos extremistas, entre ellos la filial egipcia del Estado Islámico (EI).