El ministro de Exteriores alemán, Frank Walter Steinmeier, no descarta que, si no se llega a un consenso, haya que imponer por mayoría un sistema de cuotas para repartir los refugiados entre los países de la UE.

El próximo martes se reunirán los ministros de Interior europeos para abordar de nuevo el asunto de las cuotas y el miércoles los jefes de Estado y de Gobierno celebrarán una cumbre extraordinaria para discutir medidas para hacer frente a la crisis de refugiados.

El ministro germano de Economía, Sigmar Gabriel, advirtió en una entrevista que los países que no ayuden a los refugiados que están llegando masivamente a Europa no podrán recibir fondos comunitarios.

Gabriel criticó que, mientras Alemania ha construido nuevas instalaciones para acoger a los recién llegados, sus vecinos del este han levantado vallas con concertina en sus fronteras para frenar el flujo migratorio.

El ministro de Economía alertó sobre el riesgo de que esta crisis dañe gravemente la integración europea. "Si esto sigue así, Europa estará en peligro, incluso mucho más que a causa de la crisis financiera en Grecia", afirmó.

Entre tanto, los servicios de Inteligencia de Alemania dijeron este jueves que los islamistas ultraconservadores están intentando reclutar a musulmanes suníes entre los refugiados llegados al país.

"Estamos observando que los salafistas actúan como filántropos y dando ayuda, buscando un contacto deliberado con los refugiados e invitándoles luego a sus mezquitas para reclutarles para su causa", dijo el director de la inteligencia, Hans-Georg Maassen.

Sin embargo, quitó peso a los temores sobre un posible intento del grupo yihadista Estado Islámico de enviar escuadrones terroristas haciéndolos pasar por refugiados, tal como informó el diario alemán "Rheinische Post".

En este sentido, sostuvo que las rutas que atraviesan los refugiados son demasiado peligrosas para los terroristas y argumentó que se arriesgan a morir o a ser descubiertos durante el recorrido.

El Gobierno alemán calcula que 800.000 refugiados llegarán al país este año, en un momento en el que Europa hace frente a su mayor crisis de refugiados desde la guerra en los Balcanes en los años noventa.