El mercado Tsukiji de Tokio, la mayor lonja del mundo por la que pasan a diario 2.070 toneladas de pescado y 40.000 minoristas, se enfrenta a un futuro incierto debido al desacuerdo sobre su traslado a un terreno supuestamente contaminado.

Conocido por sus tempranas y espectaculares subastas de atunes gigantes, Tsukiji es uno de los lugares más visitados por los turistas que llegan a Tokio, pero sus anticuadas instalaciones piden a gritos una mejora.

El traslado es "necesario", dijo a Efe la asociación de comerciantes mayoristas de Tsukiji, aunque un representante de la cooperativa recuerda también que "hay gente que se niega a trasladarse a un lugar que ha estado contaminado".

Los planes de trasladar en 2012 esta lonja ubicada en el céntrico barrio de Ginza hasta Toyosu, una cercana isla artificial en la bahía de Tokio, surgieron en la década de 1970 pero el debate está candente.

La principal compañía encargada del suministro de gas en la capital nipona, Tokyo Gas, reconoció en su día que el nuevo terreno contiene una alta toxicidad por haber albergado en el pasado una de sus plantas.

Las autoridades de Tokio son las principales defensoras del traslado, que debe ser aprobado por la Dieta (Parlamento nipón), pero el nuevo Gobierno japonés del Partido Democrático (PD) quiere que se garantice primero la seguridad e higiene de los alimentos.

Cada día, esta lonja acoge unas operaciones de compraventa de pescado correspondientes a 1.743 millones de yenes (13,2 millones de euros) de media y 323 millones de yenes (2,4 millones de euros) por el comercio de frutas y verduras, de acuerdo con datos de 2008.

El principal atractivo para los turistas es la subasta de los gigantescos atunes rojos, unas piezas que suelen rondar los 300 kilos y por las que se ha llegado a pagar hasta 70.000 euros en la temprana subasta que acoge la lonja de lunes a sábado.

España, México y Estados Unidos son algunos de los principales destinos de ese manjar, al que recientemente se ha aficionado China, cuyo consumo de atún rojo se ha multiplicado por veinte entre 2000 y 2005, hasta poner en riesgo su supervivencia.

La actividad comercial de Tsukiji se remonta al período Edo (1603-1867), cuando muchos pescadores trabajaban en la zona para abastecer el castillo del shogun -máxima autoridad japonesa de la época-.

A lo largo de los siglos, la población fue creciendo y con ello la demanda de pescado, lo que dio lugar al mercado de Nihonbashi Uogashi, que en 1935 se convertiría en Tsukiji, escenario de la última película de la directora española Isabel Coixet, "El mapa de los sonidos de Tokio".

Tras más de setenta años operando, las instalaciones de Tsukiji resultan ahora "viejas y limitadas", indica a Efe un portavoz del Centro de Mayoristas de Tsukiji, donde aseguran que, "si esta situación continúa, es posible que la lonja no pueda continuar su actividad".

Los defensores del nuevo emplazamiento, de 40 hectáreas disponibles, insisten además en que "Toyosu está muy cerca de Tsukiji", por lo que "la gente que actualmente va a comprar al mercado, posiblemente lo seguirá haciendo".

Pero los que se oponen al traslado alegan que el alquiler de cada comerciante en el recinto de Toyosu será 1,5 veces más caro que el actual, aún así menos dinero que el coste de una reforma íntegra del mercado.

El precio estimado del traslado, según el diario japonés Asahi, es de 431.600 millones de yenes (3.221 millones de euros) además de 58.600 millones de yenes (437 millones de euros) para la limpieza de la tierra.

Actualmente, por Tsukiji pasan cada día 2.070 toneladas de pescado y 1.202 toneladas de verduras, menos de lo que se espera comercializar en el nuevo mercado de Toyosu, con estimaciones de 2.300 y 1.300 toneladas, respectivamente.