Turquía y Armenia dieron este sábado un paso histórico dirigido a resolver su enfrentamiento de décadas al suscribir una serie de acuerdos que, una vez ratificados por los parlamentos de ambos países, permitirán el establecimiento de relaciones diplomáticas y la apertura de la frontera común.

La ceremonia se desarrolló en presencia de enviados políticos del más alto nivel de Estados Unidos, Rusia, la Unión Europea y Francia.

Desde diversos ángulos de análisis, este reencuentro de turcos y armenios es considerado histórico por la tensión latente a causa de la masacre de armenios por parte del ejército otomano en 1915, en el contexto de la Primera Guerra Mundial.

Para Armenia, ese episodio sangriento -que según sus cuentas habría causado la muerte de hasta 1,5 millones de personas- constituyó un genocidio, una calificación que siempre ha sido rechazada por Turquía, para la que las víctimas no fueron más de 500.000.