El Consejo de Seguridad de la ONU renovó por un año más el mandato de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) en Afganistán, para que mantenga su asistencia al Gobierno de Kabul en sus esfuerzos por estabilizar el país asiático.

Los 15 miembros del órgano ejecutivo de la ONU adoptaron por unanimidad la resolución impulsada por Japón, que extiende 12 meses el mandato de los 65.000 efectivos de la fuerza internacional de la OTAN presentes en suelo afgano.

El documento resalta la necesidad de reforzar con más tropas y material el contingente internacional y advierte de la importancia de proteger a la población civil atrapada en el conflicto.

En ese sentido, expresa su "grave preocupación" por el alto número de víctimas civiles en este conflicto e insta a adoptar "las medidas apropiadas" para evitarlas.

La resolución también subraya la importancia de intensificar el adiestramiento de las fuerzas de seguridad afganas para que sean capaces de asumir la responsabilidad de asegurar la seguridad en su país.

Paralelamente, el Consejo de Seguridad expresó en una declaración su condena al atentado suicida cometido frente a la embajada de la India en Kabul en el que murieron al menos 17 personas y otras 63 resultaron heridas.

Los miembros del órgano dijeron que "toman nota" de la declaración en la que la insurgencia talibán reclamó la autoría del ataque contra el centro de la capital afgana.

"El Consejo de Seguridad reitera su profunda preocupación por la amenaza que suponen los talibanes, Al Qaeda y los grupos armados ilegales para la población local, las fuerzas de seguridad nacionales, los militares internacionales y la asistencia internacional", agrega el texto.

Según el Ministerio afgano de Interior, un total de 15 civiles y dos agentes policiales perdieron la vida como consecuencia del ataque perpetrado por un suicida, que detonó la carga que transportaba en un vehículo cerca de la legación diplomática india.