Las primeras explosiones tuvieron lugar en un lapso de 45 minutos a partir de las 13.30 horas locales (08.00-08.15 GMT) en distintos barrios de la ciudad, a los que ya se han desplazado varios equipos policiales para averiguar lo sucedido.

Aunque la policía sólo ha confirmado la existencia de una víctima mortal, el canal televisivo NDTV asegura que las explosiones han matado a, al menos, tres personas.

Según las primeras investigaciones, las explosiones fueron provocadas por artefactos de poca potencia equipados con temporizadores.

"Pido a todos los ciudadanos de Bangalore que continúen con su actividad normal y que no tengan miedo", dijo a los medios indios el comisario de la ciudad, Shankar Bidari, quien atribuyó las bombas a individuos interesados en "aterrorizar" la ciudad.

"Investigaremos y detendremos a los sospechosos. Estamos en completa alerta", añadió el comisario.

La mayoría de las tiendas cerraron sus puertas y la ciudad registró fuertes atascos viarios y el colapso de la red telefónica, debido al pánico que causaron las informaciones sobre el atentado.

El ministro indio de Interior, Shivraj Patil, condenó las explosiones y dijo estar en contacto con las autoridades regionales de Karnataka, cuya capital es Bangalore, uno de los centros de las tecnologías de información en la India.

El país asiático ha registrado varios atentados en cadena en los últimos meses, el último de ellos en la ciudad rajastaní de Jaipur (oeste), donde 65 personas murieron y otras 150 resultaron heridas en ocho explosiones en cadena en mayo.

En agosto de 2007, otras 30 personas murieron en otro atentado en la ciudad sureña de Hyderabad, que ya había sido golpeada en mayo por otra explosión en el interior de una mezquita con once muertos.

La Policía ha atribuido los últimos atentados a grupos integristas islámicos, aunque hasta ahora no ha practicado detenciones.