Esta advertencia norcoreana, recogida por el diario "Rodong Sinmun" del Partido de los Trabajadores de Corea del Norte, coincide con la llegada hoy a Seúl del negociador nuclear estadounidense, Christopher Hill.

Corea del Norte ha sido inequívoca en sus últimos gestos: empezó la semana pasada con la expulsión de los funcionarios surcoreanos del complejo industrial de Kaesong, siguió con el lanzamiento de varios misiles de corto alcance y terminó el domingo amenazando con "reducir a cenizas" Corea del Sur.

En declaraciones a la prensa al llegar a Seúl, Hill minimizó no obstante las declaraciones del régimen comunista y las consideró como parte de la necesidad de Pyongyang de hacer propaganda en su propio territorio.

Hill se mostró confiado en que las amenazas norcoreanas no afectarán a las negociaciones a seis bandas entre ambas Coreas, China, Japón, Rusia y EEUU para poner fin al programa nuclear norcoreano.

El negociador estadounidense ha llegado a Corea del Sur precisamente con la intención de desbloquear el proceso de desnuclearización norcoreana, estancado desde finales de 2007.

La causa del bloqueo son las discrepancias entre Corea del Norte y EEUU en cuanto a la existencia de un programa del enriquecimiento de uranio y a una supuesta cooperación nuclear norcoreana con Siria.

Hill y su homólogo norcoreano, Kim Kye-gwan, se reunieron en marzo en Ginebra para tratar de limar estas diferencias y, aunque no se logró ningún acuerdo concreto, el enviado de EEUU apuntó que en aquella ocasión se produjeron ciertos avances.

No obstante, Hill reconoció que ni aquellos avances ni otros contactos formalizados por vía indirecta serán útiles hasta que Corea del Norte presente una declaración completa y correcta de su potencial nuclear.

"Ahora es cuando Corea del Norte tiene que tomar una decisión", agregó Hill, en referencia a la posibilidad de que Pyongyang esté tratando de retrasar las negociaciones hasta que haya un cambio de Gobierno en Washington.