El parricida de Moraña (Pontevedra) ha llegado entre fuertes medidas de seguridad y ha sorprendiendo a todos con un cambio radical de su aspecto. David Oubel drogó y asesinó con una radial a sus dos hijas de 9 y 4 años. Hasta ahora no había hablado. Hoy lo ha reconocido e incluso ha pedido perdón. Ha admitido que sabía lo que hacía, que no sufría alienación mental. Acatará la pena que se le imponga y puede ser prisión permanente revisable. Por primera vez, un fiscal pide esta pena a un acusado y señala además alevosía y ensañamiento con los cortes con la radial.