Una organización mafiosa, un jefe de personal, un director de recursos humanos, una empresa de demoscopia, no sé, alguien ha calculado que las pausas por dejar de fumar costarán a cada empresa 14 jornadas por empleado y año. Un periódico de tirada nacional lo llevó el otro día como titular principal a su portada. Catorce jornadas son muchas jornadas. Medio mes. Esas criaturas repugnantes, los fumadores, tendrán medio mes más de vacaciones que el resto del personal. ¿Es o no es para enfadarse? ¿Es o no es para tomar medidas? Venga usted fumado de su casa, por favor, que el trabajo es sagrado y aquí le pagamos por producir, no por echar humo.

Dejé de fumar hace años. No se me ocurriría hacer apología del tabaco, no es bueno para la salud ni para la creatividad ni para los nervios, ésa es la verdad. Una vez que logras desengancharte, los beneficios se perciben enseguida: se afila el olfato, mejora la sinapsis, subes las escaleras sin agobios... Pero llevamos cinco siglos mamando humo y no lo vamos a dejar en cuatro días. Démonos un poco de tiempo. Y no hagamos, por favor, cálculos miserables sobre el tiempo que el fumador detrae de la jornada laboral. Sé de mucha gente que va a la oficina con catarro, incluso con fiebre (yo mismo lo he hecho en más de una ocasión), pero todavía no he visto ninguna encuesta en la que se calculen los beneficios que obtienen las empresas de estos empleados que cumplen cuando podrían estar de baja. Tampoco he visto ningún cómputo acerca de las plusvalías que obtiene el capital de la gente con empleos precarios, con contratos basura, con empleos a tiempo parcial.

No seamos mezquinos, pues. Pero, sobre todo, no establezcamos falsas ecuaciones. Fumar no equivale a rendir menos. Hay personas muy virtuosas que no dan un palo al agua. Una cosa es la ley antitabaco y otra la búsqueda de chivos expiatorios. El fumador es un ser tan inocente como usted o como yo. No tiene la culpa del la subida del IPC ni del aumento de la inflación ni de la caída del consumo. Si su empresa de usted va mal, no eche las culpas a quien no debe. Y buenos beneficios.