Emilio, de 50 años, y Carlos, de algunos más, contrajeron en Madrid el primer matrimonio homosexual de España. Son pareja estable desde hace 30 y aseguran creer en el matrimonio y la familia. La madre de Emilio, que hace tres décadas rogaba al Cristo de Medinaceli la reforma de su hijo, asistió emocionada a la boda y les regaló un crucero por el Adriático. Se mire como se mire es una historia de amor del bueno y podríamos felicitarnos de que nuestra sociedad, con su inmensa capacidad de cambio hacia la tolerancia, haya hecho posible este final. Se debe comprender a los que no asumen estos cambios, en verdad fuertes, sin demonizar en absoluto su postura, que en los más de los casos serán leales con sus convicciones. Pero, con todo respeto, hay que pedirles que hagan un esfuerzo para entender y respetar los derechos de su vecino, gente como Emilio y Carlos.