Calefacciones a temperaturas demasiado elevadas, luces encendidas en estancias que no es necesario, equipamientos eléctricos que se han quedado obsoletos y otros hábitos de la vida diaria provocan que los hogares gallegos abonen un 10% de sobrecoste en sus facturas eléctricas por un despilfarro energético que sería fácilmente corregible con pequeños esfuerzos.

De las familias gallegas depende el 25% del consumo final de energía en Galicia, que se incrementa a un ritmo medio anual del 5%. En el caso de la energía eléctrica, el consumo se ha incrementado en un 60% tan sólo en la última década. Esto dibuja una curva ascendente que, además de incrementar los costes, también repercute de forma negativa en el medio ambiente, una realidad sobre la cual pretende llamar la atención la celebración hoy del Día Mundial de la Eficiencia Energética.

Entre otras posibles medidas, las lámparas de bajo consumo ahorran entre un 80 y un 90% de energía con respecto a las normales y mantienen los mismos niveles de luminosidad que las tradicionales bombillas. Según el Instituto Enerxético de Galicia (Inega), el recambio de las bombillas permitiría ahorrar a las familias gallegas unos 49,5 millones de euros al año, aunque para ello se tendrían que sustituir 20 millones de lámparas incandescentes con un coste total aproximado de unos 200 millones de euros.

Pero este cambio permitiría un ahorro medio en la comunidad gallega del 2,5% de electricidad, lo que equivale al consumo eléctrico de 128.000 familias gallegas, y se evitaría la emisión a la atmósfera de una media de 427.000 toneladas de CO2 al año.

El gasto medio en iluminación de un hogar gallego, según el Inega, asciende a 77 euros anuales por un consumo de 700 kilovatios por año. El cambio por las lámparas de bajo consumo rebajaría el consumo por hogar a 250 kilovatios al año y reduciría la emisión a la atmósfera de 427 kilogramos de dióxido de carbono, que los expertos relacionan con el cambio climático.

Empresas

En el caso de las pequeñas y medianas empresas (pymes) de la comunidad gallega, el derroche energético se dispara hasta un 20% de la factura que abonan. La aplicación de las nuevas tecnologías, con automatismos que controlan el funcionamiento de determinada maquinaria, pueden ayudar a los empresarios a ahorrarse hasta 20 de cada 100 euros que tienen que pagar por consumo de electricidad.

Los especialistas sostienen que la inversión en nuevos equipamientos con un mayor grado de eficiencia energética permite rentabilizar la inversión "en pocos años" y que los hogares también pueden rebajar su factura de luz. Así, un lavado en frío ahorra entre un 80 y un 92% de energía respecto a una colada hecha en agua caliente; un frigorífico de bajo consumo hace que la factura de la luz pueda descender entre un 45% y un 80% y una calefacción en una casa bien aislada puede llegar a economizar hasta un 90% de energía.