Los temporales Emma, Félix o el último, Gisele, están causando estragos en la pesca gallega. Los daños que dejan en tierra han llegado a las lonjas de la comunidad en forma de pérdidas. Y es que la imposibilidad de que la flota se haga a la mar ha provocado el peor inicio de año del último lustro, al caer las ventas de pescado en 8,6 millones de euros y las descargas en 5.200 toneladas respecto a 2017. Desde el sector apuntan a que "es difícil" hacer una valoración sobre qué flota o arte se ha visto más afectada, si bien destacan que las lonjas que viven más del marisqueo han logrado mejores resultados.
Los datos que maneja la Plataforma Tecnolóxica da Pesca -dependiente de la Consellería do Mar- señalan que el año pasado a estas alturas se habían descargado 25.497 toneladas de pescado en la comunidad, alcanzando un valor de 69,2 millones. Ayer a última hora las cifras correspondientes a las capturas descargadas apenas superaban las 20.290 toneladas, mientras que su valor se quedaba en 61,4, peor dato desde 2014. "Por ejemplo, llevamos una quincena que está siendo muy mala, pero ya antes tuvimos semanas con pesca cero", reconoce José Antonio Gómez, presidente de la Federación Provincial de Confrarías de Pontevedra.
Entre las principales lonjas de la comunidad la que más pérdidas registró fue la de Vigo. Hasta ayer, la Plataforma señalaba ventas de pescado por valor de 19,5 millones de euros. Esto supone una diferencia de 2,4 millones respecto al mismo período del año pasado, por la venta de más de 1.300 toneladas menos. A ello influyó, por ejemplo, la práctica parálisis del grueso de la flota cerquera, que entre el temporal y la parada habitual de inicio de año -unido a las escasas cuotas y la prohibición de sardina hasta mayo- no ha salido todavía a faenar.
Situación en el norte
A la situación del pósito vigués le siguen los de Burela y A Coruña. En el primer caso, las ventas de pescado cayeron en 2,2 millones de euros al registrar 11,4 hasta ayer. En la lonja lucense se vendieron casi 500 toneladas menos que hace un año. Mientras, en la coruñesa fueron más de 930 toneladas menos, lo que dejó un saldo de 1,4 millones inferior respecto al inicio de año de 2017.
"El primer trimestre ha ido fatal y es algo que se nota más en las cofradías que se dedican a estas especies", añade José Antonio Gómez. Sin embargo, en el caso de los crustáceos la situación no fue mejor. Las descargas realizadas en la lonjas de la comunidad aumentaron en 7,8 toneladas, superando las 141, pero las ventas no corrieron la misma suerte, hasta el punto de descender un 15,8%, es decir, 350.000 euros menos.
Lo mismo sucede con los cefalópodos. La escasez de pulpo desde el inicio de la campaña el año pasado ha provocado pérdidas de 1,1 millones de euros respecto a los dos primeros meses y medio del año pasado. No en vano, las descargas cayeron casi 560 toneladas.
La excepción
Una situación contraria afecta a los bivalvos, que incluyen las almejas, berberechos o navajas. El marisqueo está salvando los resultados de algunas lonjas de la comunidad, que hasta ayer vendieron un total de 1.372 toneladas, que pese a que es una cifra un 3,7% inferior al mismo período del año pasado, supone una mejoría en las ventas de 836.000 euros.
Entre estas especies destaca la actividad de la rula de Noia, que subastó 390 toneladas (sobre todo de berberecho y almeja japónica) por 2,8 millones de euros, casi un 30% más.
