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Jabalíes furtivos en Redondela

Un vigilante de la cofradía redondelana se topó la semana pasada una curiosa escena: una familia de estos animales comiendo almejas en la playa

Foto de uno de los jabalíes de la manada encontrada en Redondela a finales del pasado mes. // FdV

Los incendios que arrasaron los montes gallegos a mediados de octubre afectaron también diversas zonas en los concellos de Redondela (Reboreda), Pazos de Borbén y Soutomaior. Esto motivó que los animales que habitan en los bosques se quedaran sin sus hábitats, ricos en alimento, y se vieran obligados a buscarse la vida en otros lugares. Lo que no se imaginaban los responsables de la cofradía de pescadores de Redondela es que una familia de jabalíes apostase por un arenal de Cedeira para buscar sustento. "Un vigilante se encontró con una familia de ellos. Al verlo huyeron. ¡Se estaban comiendo las almejas!", explica el patrón mayor del pósito, Clemente Bastos.

El curioso caso tuvo lugar la semana pasada. Uno de los guardias que integran la cofradía para vigilar que sus arenales están libres de furtivos se encontraba en la zona de Cedeira. Cuando descendió se encontró una manada de jabalíes en la arena, una situación ya de por sí llamativa. "Cuando sintieron el ruido del guardia acercándose escaparon", relata Bastos.

Cuando los miembros de la cofradía se acercaron a la zona en la que estaban los jabalíes se encontraron agujeros en la arena, con almejas limpias. "Ahora tenemos furtivos que van a cuatro patas", comenta jocoso Bastos.

Sobre la procedencia de estos jabalíes, el responsable del pósito redondelano señaló que la ausencia de alimento en el bosque "seguramente tuvo que ver". De hecho, a finales del pasado mes una manada de estos animales fueron vistos en el casco urbano del municipio, rebuscando en cubos de basura. Mientras alertaban a las autoridades unos vecinos los siguieron hasta la iglesia situada al final de la calle Telmo Bernárdez. Allí, asustados por la presencia de los humanos, saltaron desde el muro hacia la carretera, resultando fallecido uno de ellos. "No me extrañaría que fueran los mismos", indica Clemente Bastos.

Que los jabalíes se acerquen a los arenales es algo que también conocen en la isla de Cortegada, en Arousa. Allí las mariscadoras ya se han quejado de los destrozos. En Redondela, de momento, no llega a tanto.

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