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Pesquería de merluza en África

Los cefalopoderos gallegos asumen su salida de Guinea-Bisáu al carecer de nuevo acuerdo

El pacto actual finaliza el 23 de noviembre y las negociaciones están rotas - La flota da por perdido el caladero que utilizaron hasta 15 buques este año y se queda sin opciones

Hugo Barreiro

La flota cefalopodera de Galicia -el grueso de Marín- empezó el verano con amargura por el suspenso de las negociaciones entre la Unión Europea (UE) y Guinea-Bisáu, el principal caladero de estos buques en la actualidad. Dos meses después la situación es exactamente la misma y por el momento no hay una fecha para la quinta ronda en la que el negociador comunitario intentaría rebajar las inasumibles pretensiones del país africano para renovar el acuerdo pesquero. Esta situación y la cercanía de la fecha en la que expira el protocolo vigente (23 de noviembre) hace que la flota asuma que tendrán que abandonar el caladero.

Los armadores saben que se van a quedar entre la espada y la pared una vez más. Pese a tratarse de un escenario que conocen bien -ya fueron expulsados de Mauritania en 2012- desde la Asociación Nacional de Cefalopoderos (Anacef) alertan de la falta de opciones para hacer viable su actividad. Ahora mismo hay dos barcos que están operando en aguas de Mauritania (serán cubiertas con el paso de las semanas las cuatro restantes) y como alternativas están Marruecos (que tiene cinco meses de veda al año) y Senegal (con solo dos licencias), a lo que cabe sumar acuerdos privados en países como Angola.

"Hoy hay media docena de barcos pescando en Guinea-Bisáu, pero este año llegaron a haber 15, una presencia muy importante. No podemos infravalorar la importancia que tiene el acuerdo", explica el gerente de Anacef, Juan Martín Fragueiro, que en su día explicó que el 80% de las capturas de la esta flota proceden de las aguas de este país.

Con todo, la flota espera tener noticias de la Administración a partir de la próxima semana. "Como el proceso está interrumpido no se ha convocado la quinta ronda", comenta Fragueiro, que también añade que "una vez que salga la flota" del caladero "habrá que esperar a ver si se finaliza" el nuevo acuerdo. Algo que, sin embargo, no supondrá la vuelta inmediata de la flota, ya que en Guinea-Bisáu hay un mes de veda en enero.

Sin embargo, antes tendrán que esquivar los escollos que ponen los negociadores africanos, que intentan equiparar su acuerdo al de Mauritania pidiendo mucho más dinero -el acuerdo actual es de 9,2 millones- además de un pago por tonelada pescada para el armador, un sistema de gestión de cuotas y que los barcos operen en puertos del país. Por otro lado, los dos barcos que se aventuraron a probar el caladero mauritano están satisfechos, tanto por el nivel de la pesca (que se centra en la merluza) como por la operativa en el país. De hecho ya están tramitando las licencias para el próximo trimestre.

El próximo mes tendrá lugar una nueva comisión mixta en la que Anacef intentará incluir mejoras a la categoría de pesca que utilizan en la actualidad. "Decidiremos qué solicitar en la próxima junta directiva de la asociación", indica Juan Martín Fragueiro.

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