El stock de sardina sufre variaciones cíclicas con tendencia a descender, según explicó la investigadora del Centro Oceanográfico de Vigo, Isabel Riveiro, que ratifica así otros estudios y los argumentos de la flota del cerco, que descarta una mala gestión. La especie tiene una recuperación lenta debido a su largo ciclo de vida y a las condiciones que no favorecen la aparición de ejemplares jóvenes, por lo que su estado no es bueno. "Cada cinco años, había un reclutamiento medio-alto, pero desde 2004 hasta 2016 no volvimos a observar uno que permita recuperarla", aclaró Riveiro.

La científica participa en la campaña Savera, que junto a Pelacus, forman parte de dos estudios que llevarán a cabo los investigadores de los centros oceanográficos de

A Coruña, Vigo, Santander, Gijón, Málaga, Cádiz y Baleares del Instituto Español de Oceanografía durante marzo y abril. La información obtenida por los científicos permitirá al grupo de trabajo del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES) preparar recomendaciones para la gestores de las pesquerías.

La sardina es una de las especies más importantes para la flota gallega, a la que el subdirector general del Caladero Nacional, Aguas Comunitarias y Acuicultura, Rafael Centenera, culpabilizó de su estado, lo que contrasta con lo explicado por los científicos. El representante del Ministerio aseguró en la I Xornada sobre a Pesca do Cerco, organizada por la Asociación de Armadores de Cerco de Galicia (Acerga) en la Universidade da Coruña, que el plan de recuperación va para largo y que el recurso está mal por culpa del sector.

"La situación histórica es la peor desde que se tienen datos porque los ciclos empeoraron, con tendencia a descender", indicó Riveiro. "Estábamos en un nivel estable, pero de los más bajos de la serie histórica. Tenemos indicios de que está un poco mejor por lo que dice el sector", explicó la investigadora.

La campaña Pelacus, dirigida por el investigador del Centro Oceanográfico de Vigo Pablo Carrera y que emplea métodos acústicos para determinar la cantidad de una especie en una zona determinada, ya encontró sardina, pero es necesario esperar a que termine para sacar conclusiones. Este sistema permite relacionar la intensidad del eco con el número de ejemplares detectados por la sonda, y también incorpora al estudio al jurel y la caballa. "Nosotros los contabilizamos como algo secundario, sin proporcionar su biomasa", aclara Riveiro.

La investigadora se refiere a la campaña Savera, que ella misma coordina y que comienza hoy.