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Las tripulaciones, a la espera

Los marineros de barcos gallegos con bandera gala aún cotizan en Francia un año después

Ambos estados continúan sin acuerdo - El país vecino pone problemas para los reconocimientos médicos y sigue exigiendo el alta en su sistema - El sector apunta a una "situación perjudicial"

Los arrastreros "Argeles", "Cova Balea" y "Pepe Barreiro", en Vigo, en una imagen de archivo. / A.A.

Los tripulantes de buques con capital gallego y bandera francesa siguen estando obligados a cotizar en el sistema de la Seguridad Social gala (el Établissement National des Invalides de la Marine, ENIM) un año después de que se diera a conocer la polémica exigencia del país vecino. Los dos estados no fueron capaces de llegar a un entendimiento pese a las múltiples cartas y reuniones que tuvieron lugar desde que las autoridades galas pusieron como límite el pasado 15 de enero para que los marineros abandonasen el Régimen Especial de la Seguridad Social de los Trabajadores del Mar, bajo amenaza de sanciones. Ahora, además, algunos de los 479 marineros afectados -de los que al menos 179 ya se pasaron al ENIM- se encuentran con que Francia no acepta los reconocimientos médicos hechos en España.

Según ha podido saber este periódico, las ministras de Trabajo de ambos países, Fátima Báñez y Myriam El Khomri, han entablado conversaciones para intentar alcanzar un acuerdo que beneficie a ambas partes. Sin embargo, desde el sector se siguen mostrando "preocupados" por una situación "incómoda y perjudicial" que "no se acaba de resolver".

Y es que en total existen 479 marineros afectados de 53 buques (18 de ellos de Marín y Vigo). En lo que respecta a los afiliados a la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI), los 11 buques han optado en su mayoría por pasar a sus tripulaciones al ENIM para así evitar problemas. Todo ello pese a que el sector siempre defendió que la normativa europea (en el artículo 11.4 del Reglamento comunitario 883/2004) respalda que un marinero que trabaja en un buque abanderado en un estado miembro pero que cobra de otro país en el que además reside puede cotizar en este último.

La situación fue denunciada por FARO en su edición del pasado 15 de diciembre, aunque la polémica saltó entre octubre y noviembre de 2015, cuando las empresas armadoras comenzaron a recibir las notificaciones por parte de a un miembro del Ministerio francés de Trabajo, Empleo, Formación Profesional y Diálogo Social asentado en Bayonne.

Al norte

Estas comunicaciones siguen llegando todavía hoy y, además, se están extendiendo también a los buques que están abanderados en Francia y operan en puertos más al norte de Bayonne, como La Rochelle.

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