La campaña de la sardina en Galicia en 2016 no deja buenos resultados económicos para la flota gallega, pese al aumento general de las capturas. Las descargas de la especie en la comunidad crecieron un 31,8% frente a las de 2015, de 3.293 a 4.343 toneladas, pero la facturación disminuyó un 5,9%, de 6,9 a 6,5 millones. Esto se debe a la caída del precio medio de la especie, que pasó de 2,11 a 1,5 euros este año. Sin embargo, en el caso de Vigo se dio un aumento de las descargas (un 67%), hasta las 657 toneladas, y también crecieron las ventas (un 25%), hasta los 893.684 euros.

Buena parte del descenso está provocado por la escasa talla del recurso capturado, sobre todo en el norte de la comunidad. La flota ya advirtió a lo largo de la costera de que un alto porcentaje de las capturas -muy abundantes en ciertos meses del año- eran de "mediano", una sardina pequeña que no alcanza buenos precios en lonja. Sin embargo, hay más factores que explican el fenómeno, como la competencia del producto de Marruecos y el crecimiento del sector del congelado, según indica el presidente de la Asociación de Frigoríficos de Pesca Extractiva (Afripex), Manuel Botana.

"La sardina de Marruecos ya alcanza unos estándares muy parecidos a los nuestros y tiene unos precios bastante inferiores, lo que provoca una pérdida de demanda en las subastas en Galicia y el consiguiente ajuste en la cotización", relata Casal. "Por otra parte, la aversión al pescado congelado es cada vez menor, lo que provoca una desestacionalización de las ventas y fija unos precios más estables", añade el presidente de Afripex, que no cree que la cotización de la sardina vuelva a recuperar los valores de hace unos años salvo en momentos puntuales.

Mientras, las descargas totales en las lonjas gallegas se incrementaron un 31% respecto a 2015, al pasar de 3.300 toneladas a 4.300. Este incremento de ventas tampoco se tradujo en mayores beneficios económicos para la flota, ya que la facturación descendió de 6,9 millones en 2015 a 6,5 este año (-5,7%).

Las capturas aumentaron en 2016 pese a que el cupo asignado a España y Portugal (17.000 toneladas) era un 10,5% menor que hace un año, cuando ambos países pactaron un tope de 19.000 toneladas en el marco del plan de recuperación de la especie que los dos gestionan, lo que explica que la pesquería se cerrase en octubre pese a que estaba prevista hasta el 30 de noviembre. Los datos del Ministerio de Agricultura muestran que la flota del Cantábrico Noroeste superó de forma constante su límite mensual de junio a septiembre, aunque el desfase final solo fue de 12 toneladas sobre las 4.410 asignadas.