Emilio Bahamonde, el extesorero de la Asociación Galega de Mariscadores (Agamar), reconoció ayer los movimientos que realizaba desde su cargo a otros órganos de UGT como "una práctica habitual" y que "no había nada que esconder". La agrupación, ya liquidada, estaba presidida por Natalia Laíño. Ayer ambos se presentaron en el Juzgado de lo Mercantil número 3 de Pontevedra, con sede en Vigo. Junto a ellos estaban también Eladio Romero, secretario general de la SMC en Galicia, y Miguel Ángel Cilleros, secretario general de la federación de Servicios de UGT y que fue candidato a relevar a Cándido Méndez.

Durante el juicio, Natalia Laíño volvió a insistir en que ella tan solo firmaba los documentos que les presentaba Emilio, "persona de confianza", y que no sabía "nada de lo que pasaba". Bahamonde, que corroboró que la presidenta no tenía conocimiento, explicó por su parte, que en Agamar "con un técnico llegaba" y que "los trajadores contratados eran para otros organismos de la casa".

Romero negó esto último y también cualquier vinculación con Agamar, al igual que comentó María Dolores Somoza (secretaria general comarcal de Vigo también de la SMC).

Durante el juicio, que continuará a fin de mes, también declararon dos trabajadores de UGT, así como el responsable del Banco Gallego en el que estaban las cuentas de Agamar.