Siempre habían mantenido que las cinco licencias para arrastreros que contempla el acuerdo de pesca suscrito entre la UE y Marruecos -al fin ratificado por el rey alauita, Mohamed VI- no atendía sus necesidades por lo que no iban a ser aprovechadas por la flota cefalopodera gallega, en situación crítica tras ser excluida deMauritania. Sin embargo, la falta de caladeros alternativos hace que "tal vez, alguno de ellos pueda decidir probar fortuna" en las aguas de Marruecos.

"Las condiciones técnicas no son razonables pero no queda otra", se señala desde un sector que ha visto aún más complicada su situación tras perder también sus posibilidades de pesca en Guinea Conakry por la inclusión del país en la lista de países "no cooperantes" contra la pesca ilegal decretada el pasado lunes por la Comisión Europea. Y ello se traduce en que los tres barcos cefalopoderos gallegos que pescaban en el país africano gracias a licencias privadas ya no podrán volver a esas aguas, como tampoco podrán acudir los otros dos cefalopoderos gallegos que así lo planeaban huyendo de la inactividad derivada de la expulsión de Mauritania.

En Marruecos, las posibilidades de pesca que contempla el acuerdo con la UE para los arrastreros se centran exclusivamente en la captura de peces de profundidad -se obliga a faenar a un mínimo de 200 metros- y en una zona donde nunca se había pescado más que de forma experimental por lo que los resultados de estas pesquerías son "una incógnita". Y, para mayor desazón del sector, se obliga a estos barcos a descartar los cefalópodos y marisco -crustáceos- que caigan en sus redes. También se les obliga a descargar al menos el 30% de sus capturas en puertos marroquíes, también contra la voluntad y peticiones del sector gallego."La rentabilidad está por demostrar pero la desesperación es mucha y alguno se arriesgará a intentarlo", se avanza desde el sector.

Además de los cefalopoderos gallegos que puedan aprovechar las cinco licencias -de Vigo y Marín, en su mayor parte-, la flota gallega se podrá beneficiar de otras ocho licencias en Marruecos, en este caso para palangreros de fondo -de Ribeira-, dedicados mayoritariamente a la palometa.

De los difíciles momentos que pasa la flota cefalopodera gallega da fe que de los 24 barcos expulsados de Mauritania el pasado año, 9 estén ya desguazados, otros dos tienen expectativas de acabar despiezados este año dentro del programa canario de ayudas a la paralización definitiva-la mayoría de estos buques, pese a ser gallegos están registrados en Canarias-, uno ha sido vendido a Irán, cinco optaron por Gambia tras "perder" el caladero de Guinea Conakry, tres están amarrados en Marín y Vigo y, el resto, en Angola y Malvinas.

Ayer, el Ministerio de Agricultura se felicitaba por la firma del acuerdo por parte del rey marroquí y señalaba su esperanza de que los barcos puedan ya salir a faenar en abril, una vez se tramiten las licencias de un pacto definido como "sostenible desde el punto de vista económico, social y medioambiental, que beneficia a ambas partes".

La ratificación del convenio con Marruecos va a permitir faenar a 90 barcos españoles, en su mayoría de la flota artesanal, de los que 44 son andaluces, 33 canarios y los mencionados 13 gallegos, con un total de 715 tripulantes, según datos del gobierno español.