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Iván Fernández Soto: "Los conservatorios no deberían convertirse en un pasatiempo, son mucho más importantes"

"Integrar la música en la universidad ayudaría a valorar la cultura y al reconocimiento profesional"

Fernández, en Radio Arzúa.

El auditorio de la Fundación Mayeusis recibe esta tarde (19.00 horas) a un antiguo alumno que dio el salto desde sus aulas a las de la Escuela Superior de Música de Cataluña, donde se graduó con matrícula de honor, y a las de la prestigiosa Academia Gnessin de Moscú, que le otorgó en 2015 su diploma rojo - el equivalente al cum laude-. Primer premio en el Concurso Internacional Música Clásica de Rusia (2013), Iván Fernández (Vigo, 1984) ha ofrecido conciertos en España, Portugal y en aquel país. Diplomado en Educación Musical, es profesor de piano, coro y pianista acompañante en el Conservatorio Profesional y Escuela de Música de Arzúa.

-¿Está contento de actuar en casa?

-Por ahí estoy encantado. Voy dos o tres veces al año al auditorio de Valladares, pero cuantas más actuaciones pueda tener en Vigo mucho mejor. En Mayeusis tuve la suerte de contar con muy buenos profesores, especialmente en piano, pero también en otras asignaturas. Sin esa formación no habría podido salir.

-Primero se fue a Barcelona y luego a Moscú, donde obtuvo la máxima cualificación.

-Había que salir por necesidades obvias. Tuve mucha suerte de entrar en la Escuela Superior de Música de Cataluña y después pude dar el salto a Rusia. El diploma rojo no cuenta lo que debería a nivel oficial y administrativo, pero sí supone una gran satisfacción personal. Allí estuve tres años, el primero de preparatoria y aprendiendo ruso y los dos siguientes cursando el máster de interpretación.

-El lugar que ocupa la música en el sistema educativo y la sociedad rusa poco tendrá que ver con el que le damos aquí...

-Así es, en todos los sentidos. El sistema de enseñanza está muy bien construido y se adapta a las necesidades de cada alumno. En todas las ciudades rusas hay galerías, salas de conciertos y espacios en los que disfrutar a diario de actuaciones. No se puede comparar con la vida cultural de nuestro país. Es cierto que con los años parece que va a menos, supongo que también es una causa de la globalización, pero la gente de 40-50 años puede tocar a Chopin porque lo aprendió en el colegio.

-¿Comparte la reclamación de los conservatorios de toda España para que los estudios musicales entren en la universidad como ocurre en otros países?

-Todos podemos aprender de todos. Sería la mejor idea que podríamos importar de Rusia. Integrar la música en las universidades ayudaría a valorar la cultura y, a nivel profesional, redundaría en un mayor reconocimiento. Es la pescadilla que se muerde la cola. Como la carrera no está reconocida tampoco nuestro trabajo. No hay salidas profesionales dignas.

-Durante dos años tuvo un espacio en la radio de Arzúa, ¿cómo fue la experiencia?

-Intenté impulsar el interés por la música pero es complicado. Solo eran 15 minutos a la semana pero algo logró calar. Debería haber más apoyo de las administraciones porque un conservatorio no debería convertirse en un mero pasatiempo. Es algo mucho más importante para un pueblo como Arzúa.

-¿Extrapola esa reflexión a cualquier ciudad?

-En general, en España hay un problema muy serio con las escuelas y conservatorios y la situación es peor en Galicia. Son muchas cosas las que entran en juego pero a nivel social, por ejemplo, falta reconocimiento. Y esto es una responsabilidad de todos. Aunque no quieras dedicarte a ello de manera profesional, los estudios de música requieren estudiar en casa después de las clases y los padres no se lo toman en serio. Cada vez noto más esto.

-¿Pero es posible disfrutar de un concierto sin tener formación?

-Yo parto de la base de que cuanto mayor sea tu conocimiento sobre algo más lo vas a valorar. Es como ir a un museo, si nunca te has preocupado ni interesado por el arte, no lo vas a disfrutar igual. Lo importante es que haya conciertos y la gente pueda acceder a ellos con facilidad. La experiencia auditiva es fundamental. Si nunca pruebas el vino nunca vas a saber si te gusta ni a valorarlo. La experiencia es fundamental para generar conocimiento e inquietud. Es lo que me ocurrió a mí. Mis profesores me enseñaban cosas pero también empecé a buscar y descubrir por mi cuenta lo que me interesaba.

-¿Qué repertorio interpretará hoy?

-Ahora mismo toco lo que me pide el cuerpo e intento abarcar el mayor número de estilos posibles. No solo romanticismo o clasicismo sino también el siglo XX.

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