La Junta Electoral plantea dudas legales sobre el procedimiento de recogida de firmas seguido el pasado año a favor del macrocentro comercial y de ocio de Porto Cabral. La ley que regula las iniciativas legislativas populares exige un mínimo de 2.500 rúbricas acreditadas para que una propuesta sea admitida a debate en las cámaras autonómicas. Los comuneros de Cabral y la decena de entidades que los respaldaron en la búsqueda de rúbricas para impulsar la actuación promovida por Intu-Eurofund superaron con creces esa cifra y el pasado 1 de diciembre presentaron en el Registro del Parlamento de Galicia el respaldo sobre el papel de 71.250 personas de Vigo y su área de influencia.
Pero los magistrados a los que por ley hay que remitir toda la documentación para que verifiquen si se ajusta o no a la normativa cuestionan el sistema por el que se recogieron esas firmas que deben ir acompañadas del nombre y apellidos del titular, su DNI y luego ser contrastadas con el censo electoral. Según pudo saber FARO, en el trámite de audiencia ya se contactó con la comisión promotora para consultarle el protocolo que habían seguido ante las dudas manifiestas sobre algunas de ellas.
Los jueces deben tomar hoy una decisión y todo parece indicar que la mayoría se inclina por tumbar el procedimiento de recogida de rúbricas con el que se reclamaba que el desarrollo comercial se tramitase al amparo de la Ley 3/2016 de medidas en materia de proyectos públicos de urgencia o de excepcional interés impulsada por la Xunta de Galicia para poder ejecutar proyectos sorteando la anulación del Plan Xeral de 2008. Entienden que se han incumplido los requisitos exigidos para darlas por válidas.
El presidente de los comuneros de Cabral, Luis Rodríguez, explicaba ayer que se presentaron 50.500 firmas revisadas por la Junta Electoral y otras 20.000 sin verificar directamente ante el Parlamento con la intención de apurar los plazos hasta el último día. Añadía que estarían ahora a la espera de una respuesta oficial mientras se buscan vías para relanzar el proyecto.
La campaña de recogida de apoyos se inició el 6 de julio del pasado año y se mantuvo hasta el 24 de noviembre. En la misma participaron la Comunidad de Montes de Cabral, la Comunidad de Montes de Guizán, el Real Aero Club, la Asociación de Vecinos de Cabral, la Asociación de Jubilados y Pensionistas Daniel Castelao, la Asociación Deportiva Carballal, la Asociación de Mujeres Rosalía de Castro y numerosos particulares.
Sus promotores proclamaron enseguida el éxito de la convocatoria al cifrar en 10.000 las firmas a favor de Porto Cabral logradas apenas un mes después de iniciar la recogida en plena campaña de verano. Recorrieron las calles de Vigo y trasladaron sus mesas a otros municipios del entorno a los que el proyecto afectaría de forma indirecta. Su principal argumento siempre fue que la actuación planteada en Liñeiriños permitiría la creación de 2.500 puestos de trabajo durante su construcción y alrededor de 4.000 tras la apertura al incorporar unos 60.000 metros cuadrados de superficie comercial y otros 125.000 de oferta de ocio.
Tal y como explicó Luis Rodríguez, presidente de los comuneros de Cabral, el día de la entrega de firmas en el Parlamento, la iniciativa pretende "invitar" a la Xunta y al Concello "a tomar conciencia de que se haga este proyecto", recordando que Intu anunció la inversión de más de 700 millones y miles de empleos en la comarca. "Creemos que es una inversión muy buena para Vigo y para Galicia", expresaban sus defensores.
La vía supramunicipal que defiende esta comisión es la única que permitiría encajar el proyecto en el municipio sin esperar a la redacción de un nuevo Plan Xeral de Ordenación.
Pero la actuación no está exenta de polémica y de forma paralela diversos colectivos críticos también se han mostrado durante estos meses contrarios a la obra. La plataforma "Polo Comercio Local Non a Porto Cabral" la integran las federación de comercio de Vigo y O Morrazo, las asociaciones de O Calvario y O Porriño y Centro Príncipe. Cuenta además con el respaldo de los comuneros críticos de Cabral, la Red de Asociacións Ecoloxistas A Ría, Outro Vigo é Posible y Empresas de Eco Construccións e Materiais.
