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Dos tercios de las 10.000 vacantes que colegios e institutos ofertaron este curso se quedaron sin cubrir

La baja natalidad agrava la situación en Infantil, con el 21% de sus plazas vacías

Simón Espinosa

Como no podía ser de otra manera, el descenso de la natalidad tiene su repercusión en las aulas de los centros educativos vigueses. Se observa claramente en Infantil, donde el número de matriculados ha caído un 10% en cinco años. Se empieza a percibir también en Primaria, que frenó en 2015 el incremento continuado de alumnos y registró un tímido descenso del 0,5% en los dos últimos. Pero tanto en estos niveles como en el resto de la educación obligatoria, la oferta de plazas supera la demanda. De hecho, de las 10.067 vacantes que colegios e institutos ofrecieron para el presente curso académico, casi dos tercios -el 64,2%- se quedaron sin cubrir.

En la ciudad están matriculados en centros sostenidos con fondos públicos -públicos y concertados- un total 34.812 alumnos desde 4º de Infantil hasta 4º de ESO, según los datos del Instituto Galego de Estadística (IGE) de 2017. Otros 6.259 pupitres, en cambio, se han quedado vacíos. Es decir, dos de cada trece.

En los colegios e institutos, Educación Infantil es el nivel que se encuentra en peor situación en cuanto a ocupación. De sus algo más de nueve mil plazas de los tres últimos cursos -4º, 5º y 6º-, casi dos mil -1.930- se han quedado vacías. Es uno de cada cinco pupitres -el 21%-.

Los colegios ofrecieron el año pasado un total de 4.163 plazas que tenían vacantes para niños de 3 a 5 años -el 72,5% corresponden a su primer curso, 4º de Infantil-. Solo el 51% es de centros públicos -2.145-, pero no se cubrieron ni la mitad. Recibieron 1.073 solicitudes, de las que pudieron aceptar 1.037 -ya que hay algunos que llenaron sus clases-.

Demostraron mayor poder de atracción los concertados, que recibieron 210 solicitudes más que los públicos -1.284 en total-. Aceptaron casi 1.200, con las que ocuparon el 59,3% de sus vacantes. Son casi diez puntos más que en los gestionados por la Consellería de Educación.

Vigo, donde los concertados encabezan la demanda, es un caso especial en Galicia. Pasa en Infantil y Primaria, entre otras cuestiones, porque en el centro de la ciudad hay escasez de oferta pública.

En los seis cursos de Primaria, están matriculados 16.450 niños. Otras 2.801 plazas se han quedado vacías. Es decir, el 14,5% de las clases se han quedado vacías. Las vacantes que, durante el plazo de matrícula, ofrecieron los colegios públicos duplican las de los privados. Sacaron 2.270 para las que tan solo recibieron 179 solicitudes. Y tuvieron que rechazar 33. Así que la inmensa mayoría -el 93,6%- quedaron libres.

A los centros privados con concierto también llegaron más solicitudes de matrícula que los públicos en Primaria. En concreto, más del doble. Fueron 387 de las que aceptó algo más de la mitad. Así, no logró ocupar 677, pupitres tres veces menos que en los públicos.

En la ESO, la situación empieza a cambiar. Los centros públicos ganan en demanda, con un centenar más de solicitudes que en los concertados, hasta las 361. Y, aún así, dos tercios de las 734 vacantes que ofreció a las familias no se ocuparon.

En los privados con concierto, no lograron cubrir el 83,5% de las 1.248 plazas que sacaron. Así, se quedaron con el doble de sillas vacías que en los institutos gestionados por la Consellería de Educación.

En Bachillerato, una vez acabada la educación obligatoria y, por tanto, sin conciertos con instituciones privadas, es donde surgen los problemas para dar cobertura a las peticiones de acceso a los centros públicos. De hecho es el único nivel en el que la demanda supera a la oferta de Educación. Como consecuencia, también presenta el porcentaje más bajo de solicitudes admitidas. Es de tan solo el 56,8%.

Para el presente curso, los institutos sacaron 744 plazas de Bachillerato en aulas públicas. Por ellas pugnaron 968 estudiantes y entraron 550 -algunos centros se llenaron y otros, sobre todo en la periferia, no-. Fueron más de cuatrocientos alumnos de 16 años los que no pudieron entrar en el centro que deseaban para cursar estos dos años.

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