Apenas cinco días ha permanecido en libertad el ourensano y vecino de Vigo Antonio F.A. , de 50 años, por quebrantar una vez más la orden de alejamiento que tiene de su expareja hasta el año 2019. El conocido como maltratador del armario, pues allí lo encontraron escondido los agentes en casa de su exnovia la primera vez que incumplió la prohibición de acercarse a ella, fue enviado a prisión el pasado mes de octubre por la juez de Violencia sobre la Mujer tras cuatro quebrantamientos de la orden de alejamiento en apenas cuatro días.

Antonio F.A. quedó en libertad el jueves pasado y el martes, los policías locales que protegen a su víctima le cazaron en el portal de la mujer cuando pretendía subir a su domicilio. Eran las 11.00 horas cuando los agentes, adscritos al Equipo de Vigilancia y Apoyo Policial (Evap), que tienen encomendadas las labores de seguimiento y control de las órdenes de protección y alejamiento dictadas por los órganos judiciales, procedían a su arresto en la calle Aragón mientras realizaban una vigilancia del domicilio de su expareja.

El "maltratador del armario" ha incumplido en cinco ocasiones la orden de alejamiento que tiene con respecto a su expareja n virtud de una condena que, además de pena privativa de libertad, le impuso la prohibición de acercarse y comunicarse con la mujer desde el pasado agosto y hasta 2019.

En un plazo de apenas cuatro días en octubre, incumplió la medida en cuatro ocasiones y le deparó tres arrestos consecutivos. Tras los dos primeros quedó en libertad, pero el tercero le llevó a pasar su primera noche en la cárcel. La juez de Violencia sobre la mujer e Vigo decretó su ingreso en prisión provisional comunicada y sin fianza por un presunto delito continuado de quebrantamiento, tal como solicitaron las acusaciones durante la comparecencia. La magistrada adoptó la medida para garantizar la integridad psiquica y física de la víctima y pr agarantizar también la resolución judicial donde se impuso la medida que quebrantó.

Pero esta primera estancia en prisión no parece haber surtido gran efecto en Antonio F.A., que nada más recuperar su libertad no ha dudado en acercarse a la vivienda de su víctima, a la que no puede acercarse.