La huelga de funcionarios judiciales sumó ayer su jornada número 42. Y el conflicto, lejos de solucionarse, se recrudece. En Vigo se vivieron los momentos más álgidos desde que arrancó el paro. Solo un día después de romperse de nuevo las negociaciones entre los sindicatos y la Xunta, decenas de trabajadores de la ciudad olívica tomaron, literalmente, el Registro Civil. La idea era hacer un encierro indefinido. Quedarse a dormir. Permanecer allí, en definitiva, hasta que el Gobierno autonómico, afirmaban, retomase las negociaciones. Pero la ocupación, iniciada minutos antes de la una del mediodía, duró poco más de una hora. Acabó frustrada por la Policía Nacional, que fue avisada por el juez decano vigués, Germán Serrano.

Los agentes, del grupo UPR de la comisaría viguesa, tenían orden de desalojar las instalaciones y así se lo comunicaron de forma expresa dos efectivos a los huelguistas tras entrar en el Registro Civil. Otra media decena de policías esperaban en el hall del edificio, con sus cascos en las manos. "Nos dieron cinco minutos para irnos; nos dijeron que si no nos íbamos nos sacarían por la fuerza, ya que estábamos incurriendo en un delito", señalaban varios trabajadores.

Los funcionarios se fueron voluntariamente. "Contra la prepotencia, resistencia", corearon varios al salir. No hubo incidentes, pero no fueron pocos los que mostraban su malestar. "Nos mandan a la Policía, nos tratan como delincuentes", decían. "Nosotras estábamos en el juzgado trabajando, de servicios mínimos, y nos identificaron cuando los agentes pasaron por allí para entrar en el Registro Civil", aseguraban otras dos trabajadoras. Finalizado el encierro, la presencia policial se mantuvo custodiando los edificios judiciales.

Asamblea multitudinaria

La ocupación del Registro Civil de Vigo -así como los encierros que hubo en las otras seis grandes ciudades gallegas- se había decidido ayer mismo en una asamblea en la que los funcionarios que asistieron y que abarrotaron el salón de actos volvieron a corear al unísono algunos de los lemas de esta huelga, como "ni un paso atrás" o "queremos negociar". Pese al tiempo transcurrido desde que arrancó el paro -ya suma 42 días, 30 de ellos laborables-, el seguimiento en la ciudad olívica continúa siendo alto, aunque más bajo que durante las primeras semanas. Ayer, según los sindicatos, la participación en la huelga fue de un 84,2%. Además de los trabajadores obligados por los servicios mínimos, en sus puestos de trabajo había otras 65 personas que acudieron voluntariamente.

¿Y cuáles serán los próximos pasos en este conflicto que parece no tener final? Por lo de pronto, en la jornada de hoy, y desde las 12.00 hasta las 17.00 horas, los trabajadores votarán, en urna y de forma secreta, en relación con la reclamación que mantiene bloqueado el conflicto: la subida salarial a través del complemento autonómico transitorio (CAT). La última oferta de la Xunta, transmitida este lunes, es un aumento salarial de 105 euros al mes para los auxilios, de 108 para los tramitadores y de 133 para los gestores. Los trabajadores, mientras, reclaman un incremento lineal de 190 euros.

La votación de hoy, que se hará también en otros juzgados gallegos, será para decidir si el comité de huelga se mantiene en esta cifra o si tendrá más margen de negociación, pudiendo bajar de esos 190 euros. Y mientras, a pocos días de la Semana Santa, esta huelga sin precedentes sigue batiendo récords de duración. Y la parálisis judicial continúa.