La Operación Govi desarrollada por la Guardia Civil contra la descarga y venta de pescado ilegal en O Berbés descubrió otras conductas al margen de las supuestamente cometidas por los implicados -entre ellos, varios policías portuarios- que dejaban en muy mal lugar a empleados de la Autoridad Portuaria. Para atajar actitudes sospechosas, en Praza da Estrela rige desde principios de este año un "Código Ético". Un compendio de pautas para asegurar un comportamiento intachable de su personal, "lo que no se debe hacer", resume su presidente, Enrique López Veiga.

Similar al ya vigente en otras terminales como A Coruña o Barcelona, en las 11 páginas del "Código Ético de la Autoridad Portuaria de Vigo" abundan las palabras "integridad", "honestidad" o "respeto". Son los valores que la institución quiere que presidan en la actitud de su plantilla y en sus relaciones e interacciones con los grupos de interés (clientes, proveedores, colaboradores externos, etc.). Se propone conseguirlo con trece normas de obligado cumplimiento y cuyo fomento descarga sobre el personal a cargo de otras personas y, especialmente, en la cúpula directiva por considerados el "modelo de referencia".

| Acoso físico, psicológico, sexual. Ni moral ni un abuso de autoridad, ni cualquier otra conducta susceptible de generar "un entorno intimidatorio y ofensivo con los derechos de las personas". La Autoridad Portuaria rechaza toda clase y manifestación de acoso, y apela a todo el personal a "tratar de forma justa y respetuosa a los compañeros así como a las personas superiores jerárquicamente o a los subordinados".

| Igualdad de oportunidades. "No se acepta ningún tipo de discriminación en el ámbito laboral o profesional por motivos de edad, raza, sexo, orientación sexual, religión, opinión política, origen social o discapacidad". Esta pauta se completa instando a los directivos a que actúen como "facilitadores del desarrollo profesional de sus colaboradores, de manera que se propicie su crecimiento profesional en la empresa".

| Espíritu de colaboración. El Puerto ofrece un entorno de cooperación y trabajo, pero esto no es suficiente. "Es necesaria una actitud de cooperación y búsqueda de soluciones conjuntas entre nuestros profesionales y departamentos y de estos con las empresas con las que conformamos una cadena de servicios para el cliente final".

| Corrupción y soborno. Así tal cual figura titulada la pauta número 7 para explicar que "son las categorías de fraude". El Puerto se declara contrario "a influir sobre la voluntad de personas ajenas a la entidad para obtener algún beneficio mediante prácticas no éticas", así como "tampoco permitirá que otras personas o entidades puedan utilizar estas prácticas con su personal". En este apartado aborda también, y con matices, cómo proceder ante la recepción de obsequios. Su personal "no podrá aceptar ni directa ni indirectamente obsequios o compensaciones de ningún tipo, ni regalos o presentes que estén fuera de los usos habituales sociales o de cortesía que, por su valor o sus características puedan tener por objeto influir de manera impropia en sus relaciones comerciales, profesionales o administrativas tanto de entidades públicas como privadas".

| Conflicto de intereses. Dirigida a evitar toda clase de nepotismo, la pauta 9 establece la obligación de que su personal informe a la entidad "en caso de que directamente o sus familiares próximos participen o tengan que participar en los órganos de gobierno de otras sociedades que puedan entrar en colisión con los intereses del Puerto". "Tienen que evitar situaciones que puedan dar lugar a un conflicto entre los intereses personales y los de la entidad", concluye.

Cualquier empleado, sin distinción jerárquica, que conozca o sospeche de la vulneración de algunas de las 13 pautas puede informar directamente a su superior u optar por el llamado "canal formal de consultas". En el documento no se explica cómo funciona este canal, solo que está dirigido a que "todo su personal pueda realizar de buena fe y sin temor a represalias, consultas o comunicaciones de incumplimientos de lo establecido en este código".

Al Comité de Empresa no le ha gustado nada la aplicación de este código, sobre todo porque no fueron consultados para su elaboración ni antes de su aprobación en el Consejo de Administración del pasado diciembre. Para el presidente, era necesario. "Detectamos cosas que sin ser graves, no se deben hacer", zanja un críptico López Veiga.