La mejora de la línea de bus entre la ciudad y el aeropuerto continúa en el cajón. Solo en el primer cuatrimestre la demanda de la L9A se había triplicado respecto a 2015. Y eso pese a sus carencias: no llega a la estación de buses, tiene decenas de paradas intermedias, el bus para lejos de la puerta de la estación de trenes de Urzáiz o ni siquiera está habilitado para llevar maletas.

El Concello planteó hace más de un año a la Xunta que financiara un bus exprés como hace en Santiago. El Gobierno gallego llegó a aceptar la propuesta, pero las diferencias sobre el coste del billete, el tipo de autocar o los tiempos de viaje frenaron el acuerdo. Desde entonces, y pese a que Peinador vive años históricos en número de rutas, el proyecto continúa bloqueado.