El Puerto de Vigo se ha convertido en la nueva ruta de salida al exterior de esa oleada de inmigrantes de mayoritario origen albanokosovar que asola desde hace un año Bilbao. La Autoridad Portuaria vizcaína hasta inició la construcción de un muro para impedir que se cuelen en el ferri hacia Inglaterra ante la amenaza de la armadora Brittany Ferries, harta ya de tantos polizones, de suprimir la histórica conexión marítima con Portsmouth. En Vigo, en cambio, el destino hacia el que ansían viajar esos individuos es Canadá, bastante más largo y sufrido que el inglés, al conllevar ocho días de navegación ocultos en cargueros. De los tres intentos registrados desde el verano, sus seis protagonistas fueron interceptados durante el atraque de los portacontenedores de Hapag-Lloyd cada semana zarpan de Guixar rumbo directo a Montreal. Ya no es un caso aislado o puntual, como se creyó en un principio. Su repetición marca una tendencia que ahora sí preocupa a las empresas implicadas en las operaciones de la conexión canadiense.

Basándose en el número de detenciones practicadas -la última, el pasado miércoles- no parece que la llegada de estos inmigrantes a Vigo vaya a alcanzar la dimensión bilbaína. Allí la mayor masificación se produjo a finales del año pasado coincidiendo con el desmantelamiento del campamento de refugiados en Calais (Francia), un recinto que llegó a sumar 6.400 personas que huían de sus países de origen por guerras y hambrunas, como sirios, iraquíes, afganos y albanokosovares. Desde la Policía Nacional en Bilbao se cree que las medidas aplicadas en este puerto para frenar el coladero de polizones en los ferris ha llevado a las organizaciones mafiosas que dirigen a estas personas a ofrecerles "otras vías de salida alternativas" que ellos aceptan sin reparar en el riesgo para sus vidas. Y la ruta Vigo-Canadá es una de ellas.

Los tres accesos de inmigrantes a la terminal de contenedores en Guixar ocurrieron el 23 de julio, el 12 de septiembre y el pasado miércoles, 29 de noviembre. Coincidieron, respectivamente, con las escalas de los buques de Hapag-Lloyd Genoa Express, Mississauga Express y Barcelona Express. Protagonizados por dos individuos en cada caso, con edades comprendidas entre los 25 y 30 años de edad, todos tenían además de la nacionalidad albanesa, otro denominador común: "Eran pacíficos y educados", destacan testigos de su arresto por parte de la Guardia Civil, el cuerpo de seguridad que a continuación entrega los inmigrantes a la brigada de Extranjería de la Policía Nacional. Ese afable carácter y las causas de su dramática situación han influido para que la acampada de estos refugiados en las inmediaciones de Santurtzi reciba un fuerte apoyo de organizaciones humanitarias, religiosas y de las instituciones municipal y autonómica.

Se sospecha que quienes trataron de colarse en los portacontenedores de Guixar no son unos primerizos en esta clase de acciones suicidas. Que lo único nuevo para ellos sería el muelle. Al menos dos de ellos habrían intentado antes, sin éxito, ocultarse en un coche para embarcar en el ferri a Inglaterra. Como los arrestados a finales de julio, que tenían pendiente una vista judicial en la capital de Vizcaya. Y como estos, los otros cuatro podrían volver a probar suerte las veces que quieran. "Se les abre expediente por estancia irregular en el país, compadecen ante el juez y quedan libres a la espera de sentencia", explican desde la comisaría viguesa. Así que los seis descubiertos desde el pasado verano podrían continuar en Vigo, haber regresado a Bilbao o intentarlo en Santander o Pasajes, los otros puertos adonde, en menor medida, se ha trasladado el problema.