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Una cuadrilla blindada contra las velutinas

Los bomberos de Teis emplean una brigada especial para erradicar los nidos de avispas asiáticas repartidos por la ciudad

Al igual que cualquier niño que se pone el uniforme para ir al colegio, una dotación del parque de Teis se engalana a diario con su traje protector para enfrentarse a uno de sus rivales más peligrosos de los últimos años: la avispa asiática. Armados con una pértiga y un recipiente con veneno, cuatro bomberos salen cada mañana de caza. Si las condiciones les acompañan, pueden destruir hasta treinta nidos en una sola jornada.

Desde que el pasado 15 de noviembre un hombre falleciese en Porriño tras recibir el ataque masivo de estos insectos, el gobierno local ha puesto en marcha todos los medios posibles para erradicar los nidos que hay distribuidos por toda la ciudad. Casi siempre son los mismos hombres los encargados de localizar y destruir la colmena de unos animales que están acabando con buena parte de las especies autóctonas. Con respeto pero sin miedo, recorren con su camión decenas de localizaciones a diario. "El traje que llevamos nos ofrece mucha seguridad y la pértiga, que llegó hace unos dos meses, nos da una comodidad que nos permite ser más efectivos", explica Vicente Alonso, jefe de salida en el parque de Teis.

La mejoría es evidente. Mientras antes estaban obligados a trabajar de noche y encaramándose a los árboles, en la actualidad lo hacen durante toda la jornada y desde tierra firme. "Ahora que tenemos los medios y nos dedicamos exclusivamente a esta tarea -siempre que no existan emergencias mayores- podemos retirar entre veinte y treinta nidos diarios", comenta Alonso, quien ya tiene interiorizado el método de trabajo. "Llegamos, nos vestimos, montamos la pértiga, inyectamos el veneno, nos desvestimos y nos vamos", anota. Los resultados muestran una notable mejoría en la forma de actuar al pasar de una media de tres nidos eliminados al día a más de veinte.

Pese a la garantía que les da el traje, el cuidado siempre es extremo. "Nos vigilamos unos a otros y controlamos que todo esté bien. Es importante ser efectivos pero lo es todavía más ser prudentes. Hay que minimizar los riesgos porque ya sabemos de lo que son capaces estos bichos", señala el jefe de salida del parque.

La unidad ha multiplicado por diez su eficiencia y en la última semana han conseguido eliminar 150 colmenas. Sin embargo, el teléfono sigue sonando. "Lo normal es que cada día entren quince o veinte avisos de particulares y son los que intentamos solucionar de inmediato", apunta Alonso, quien añade que "la dotación seguirá operativa mientas siga habiendo trabajo".

Uno de los principales problemas con los que se están encontrando los bomberos está en el tiempo. Ni llueve ni hace el frío que debería en esta época del año. Y las avispas asiáticas lo disfrutan. "Son unos animales muy resistentes y sobrevivirían a cualquier invierno vigués, pero estas suaves temperaturas les ayudan a establecerse en nuestro territorio", explica Alonso.

Un hogar convertido en polvo

La llegada de un potente veneno -hasta mil veces más letal que un insecticida común- ha provocado que los bomberos ya no se lleven los nidos al parque para congelarlos y posteriormente quemarlos. Es más, los dejan en la copa del árbol o en el tejado en el que fue construido por las velutinas. "El producto que empleamos es tan tóxico que acaba convirtiendo su hogar en polvo. Es cuestión de tiempo que una vez que fumiguemos acabe reducido a simple tierra. Y por supuesto con todas sus inquilinas muertas", señala el jefe de salida.

Precisamente la potencia del veneno obliga a extremar las precauciones. No siempre se puede utilizar. Si la colmena se encuentra junto a un río, en un jardín en el que habitualmente juegan niños pequeños o en una finca en la que viven animales domésticos, los bomberos emplean el viejo sistema. "No nos queda otra que encaramarnos a un árbol y bajarlo con nuestras manos. Es más peligroso pero ya estamos habituados", apunta Alonso.

Una herramienta que multiplica por diez su efectividad en el trabajo

  • Desde hace poco más de dos meses los bomberos del parque de Teis cuentan con un amigo inseparable. Tras muchas pruebas en otros municipios del país, el cuerpo recibió una pértiga con la que solventar de una manera más rápida y eficaz la amenaza de la velutina. Su fácil manejo y su gran extensión -puede alcanzar los 27 metros de altura- ofrece a los bomberos la posibilidad de destruir un nido en cuestión de minutos. "Lo que antes nos llevaba dos horas ahora lo hacemos en cinco o diez minutos", explica Vicente Alonso, jefe de salida del parque. Él es el encargado de liderar la dotación que sale a diario en busca del hogar de estos insectos que están acabando con las avispas autóctonas. Hasta que recibieron esta nueva herramienta, el procedimiento era todo menos cómodo. "Teníamos que ponernos el traje, que te limita los movimientos, encaramarnos a los árboles, escalar varios metros y una vez arriba, bajar el nido con nuestras propias manos. Era bastante peligroso", explica Alonso, quien ahora puede hacer la misma operación desde el suelo. "Solo tenemos que incrustar la pértiga en el nido y fumigar. Mueren todas las avispas y en cuestión de días desaparece la colmena", apostilla. Sin embargo, el veneno con el que eliminan a estos animales intrusos es tan potente que en algunos casos tienen que seguir empleando el método antiguo. "Si existe riesgo para las personas o los animales lo retiramos nosotros", especifica.

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