La tradición señala que el encendido del alumbrado marca el inicio de la Navidad. En Vigo ocurrirá este sábado, aunque muchos vecinos ya notan cierto agobio por la llegada de estas fechas tan señaladas. Buscar regalos para los seres queridos se convierte en una odisea y los más pequeños de la casa amenazan con llenar de juguetes inverosímiles su carta a los Reyes Magos. Otro elemento clave en esta época es la comida, que se multiplica en muchas mesas de la ciudad. También en los restaurantes, que acogen las famosas cenas de empresa. Estos eventos están marcados en rojo en el calendario de numerosos trabajadores para disfrutar de un ambiente distendido con sus compañeros y jefes. Históricamente celebradas en diciembre, el boom de los últimos años ha hecho que muchas se adelanten a noviembre e incluso a octubre.

"Los fines de semana de diciembre ya no tenemos hueco, está todo completo desde hace quince días". Buena parte de los restaurantes y hoteles de la ciudad han tenido que desestimar numerosas reservas por parte de empresas para acoger su habitual cena de fin de año. "Aún así, la gente suele ser previsora y llama con antelación porque saben que se pueden quedar tirados", comentan desde La Central, uno de los locales más demandados del Casco Vello. Al igual que otros establecimientos, el situado en Praza de la Constitución ha optado por elaborar menús cerrados "para facilitarnos el trabajo".

Los primeros brotes del fin de la crisis financiera han provocado el auge de los eventos de empresa. "El año pasado notamos un crecimiento notable y ahora esperamos que se repitan los datos", señala Itos Domínguez, presidenta de la Asociación de Comerciantes y Hosteleros Vigo Vello. En la misma línea se muestra Jaime Pereira, su homólogo en la Asociación de Hoteles de Vigo (Ahosvi) y director del hotel Tryp Los Galeones. "Llevamos dos años en los que ha aumentado la demanda y es algo positivo para el sector", apunta. En su caso, este mismo fin de semana tiene el restaurante lleno. "Para nosotros es el pistoletazo de salida de la Navidad", apostilla.

Hay locales todavía más afortunados. Valga como ejemplo el Restaurante Atlántico, que ya acogió cenas de empresa en el mes de octubre. "No existen muchos establecimientos en la ciudad que puedan recibir a más de un centenar de personas y los trabajadores se tienen que adaptar a las fechas que quedan libres", indica Mario Barreiro, responsable del restaurante. Por ello aconseja realizar las reservas lo antes posible. "Los primeros días de octubre ya cerramos algunas cenas y a finales de mes ya no quedaban muchas fechas libres", explica.

Menús económicos

Lo que sí ha cambiado en los últimos años es la elección de los platos. De grandes mariscadas y parrilladas de las mejores carnes gallegas se ha pasado a unos entrantes básicos (embutido, tortilla o empanada) y churrasco o pollo. También ha bajado la exigencia del vino, que en muchas ocasiones suele ser el denominado "de la casa". El precio, claro, es sensiblemente inferior. "Las empresas ya no gastan lo mismo que antes y me parece normal. Ahora los jefes buscan ahorrar todo lo que pueden", comenta Barreiro.

Las opciones que manejan las compañías van desde pequeños bares hasta grandes hoteles pasando por conocidos restaurantes del centro de Vigo. Dependiendo del número de comensales y sobre todo de los planes que tengan los empleados después de la cena, escoger una localización u otra se antoja como un elemento clave. "Los hoteles solemos tener comedores grandes para recibir a más personas, aunque algunos no estamos en el centro. Uno de los requisitos que persiguen los organizadores es que los asistentes a la cena no tengan que coger el coche", concluye Pereira.