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Los efectos de la falta de precipitaciones en el abastecimiento

Los embalses de Vigo y su área acaban octubre en mínimos históricos

Desde al menos 2006 Eiras nunca había iniciado noviembre a menos del 50% de su capacidad -Si se mantuviesen las condiciones de las últimas semanas, estarían al 30% en un mes y medio -Meteogalicia no prevé lluvias hasta el jueves

Estado en el que se encuentra el embalse de Zamáns, que permanece al 44,4% de su capacidad. // Cristina Graña

Nunca, desde al menos 2006, que es el primer año del que aporta datos Augas de Galicia, Vigo se había despedido de octubre con un nivel tan bajo en los embalses de los que se nutre: Eiras y Zamáns. Según los datos aportados el jueves por el Concello, a día de hoy permanecen al 48,27% y 44,37% de su capacidad, respectivamente. Y la previsión de Meteogalicia no contempla nuevas precipitaciones al menos hasta el jueves, 2 de noviembre, cuando la probabilidad de que las nubes descarguen es del 60%. El único año en el que Vigo se había encontrado con una situación similar fue 2011, cuando el volumen de Eiras llegó a descender hasta el 42,66% y el de Zamáns, al 35,96%. En aquella ocasión, sin embargo, la última semana de octubre fue especialmente abundante en lluvias -se acumularon 103,7 litros por metro cuadrado (l/m2)- y al cierre de mes Eiras estaba ya al 65,52% y Zamáns, al 44,83%.

La situación de sequía es tan acuciante que nunca desde finales de 2005 -salvo ese par de semanas de octubre de 2011- los embalses habían alcanzado un nivel de ocupación tan bajo como el que registran en la actualidad. Ante esa situación el Concello acordó el jueves activar su plan de emergencia y declarar la situación de "alerta" por sequía. Según detalló entonces el alcalde, Abel Caballero, la medida se adoptó al estar garantizado el suministro de la ciudad solo para 104 días. Además de a Vigo, los embalses surten a Cangas, Moaña, Mos, O Porriño, Redondela, Gondomar y Soutomaior.

Entre las actuaciones que contempla el estado de "alerta" se incluyen intensificar el control de las fugas, la supresión de servicios de riego, baldeo, fuentes, bebederos y purgas en la red o informar a la ciudadanía. El objetivo es reducir el consumo un 5%. Desde el Concello señalan que gracias a la supresión de riegos y baldeos se están ahorrando más de un millón de litros diarios. Si empeorase la sequía se pasaría a la fase de "escasez severa".

A principios de octubre, cuando se hizo evidente la velocidad a la que se reducía el nivel de los embalses, el Gobierno local ya adoptó algunas medidas para ahorrar agua. Hace un mes, el 25 de septiembre, Augas de Galicia fijaba la ocupación de Eiras en el 60,93% y Zamáns en el 53,85%. En solo un mes su nivel de agua se habría reducido así, respectivamente, un 12,14% y 9,47%. Si se mantuviera ese mismo ritmo los embalses pasarían a rondar el 30% en cuestión de apenas mes y medio. A lo largo de octubre se recogieron 34,2 l/m2, aunque en el consumo influyó mucho el agua que se usó para apagar los incendios que se detectaron en el domingo 15.

Sobre el tiempo que sería necesario para revertir la situación de alerta, desde el Concello recuerdan que en octubre de 2011 un solo día de intensas precipitaciones -el domingo 23 de aquel año, por ejemplo, se contabilizaron cerca de 61 l/m2- permitió paliar los efectos de una sequía algo más grave y que mantenía los embalses más vacíos.

En cuanto al volumen de agua en los propios embalses, la media por estas fechas en Eiras se fija en 16,8 hectómetros cúbicos, 5,98 más que en la actualidad. Tomando como referencia cómo evoluciona el embalse en una semana "tipo" de diciembre -por ejemplo la última de febrero de 2016, cuando se recabaron 36,7 l/m2-, esa cantidad se recuperaría en varias semanas. Como recuerdan desde el Concello, sin embargo, esa agua puede alcanzarse en tan solo una jornada de intensas lluvias.

El "carrusel" de las temperaturas máximas

  • Octubre de 2017 no solo destaca por la escasez de lluvias y la intensa sequía. El termómetro también se mueve en valores anómalos, poco frecuentes para el otoño. Los datos recabados por Meteogalicia muestran que a lo largo de las últimas semanas las máximas han experimentado un auténtico carrusel de subidas y bajadas. El domingo 15, por ejemplo, la jornada en la que Vigo y comarca padecieron una terrible oleada de incendios, se alcanzó el valor histórico de 32,3 grados. Solo cinco días después la temperatura más cálida había descendido hasta los 17,1º y ayer el mercurio volvía a situarse en niveles poco habituales para esta época del año, llegando a marcar 32,1º. En cuestión de apenas dos semanas el termómetro casi duplicó en dos ocasiones sus valores. El sol y el calor no solo se dejó sentir en las temperaturas. Las playas y terrazas de la ciudad dejaron también estampas poco habituales para la víspera de Todos los Santos. En los últimos días podía verse a bañistas disfrutando del sol en la arena de Samil o dándose un chapuzón en la ría. Hace justo un año las temperaturas máximas tampoco estaban muy lejos de los 30 grados -el 27, por ejemplo, se alcanzaron los 29º-. Un año antes sin embargo se situaban en la mitad: 15º. El prolongado "verano" de 2017 está haciéndose sentir en el propio comercio, que ve con preocupación cómo se desploma la venta de prendas y calzado de abrigo.

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