Para solucionar de forma definitiva la siniestralidad que se registra en varios puntos de la A-55, en 2002 el Ministerio de Fomento lanzó un plan para construir una nueva autovía entre Vigo y O Porriño. Según se anunció entonces, el proyecto contemplaba abrir un túnel bajo Puxeiros y al menos dos viaductos, además de prescindir de los tramos de la calzada actual. En 2002 llegaron a presupuestarse de hecho 1,1 millones de euros para arrancar el proyecto. Una década y media después sin embargo no hay ni túneles, ni viaductos. En la autovía únicamente se aprecian las obras que está acometiendo Fomento en varios puntos para incrementar su seguridad con la mejora de incorporaciones o la construcción de nuevos viales de acceso. Unos trabajos presupuestados en 5,98 millones que deberían haber finalizado ya, pero que -según ha reconocido Fomento- no estarán listos hasta septiembre.

El proyecto de la nueva autovía, con el túnel de 2,5 kilómetros que salvaría Puxeiros, costaría cerca de 170 millones de euros. En 2015 desde el ministerio se reconocía que se trata de una actuación "a medio y largo plazo". Las medidas que sí se han adoptado ante la elevada siniestralidad del actual autovía es la instalación de radares y limitar la velocidad.