Cuando una orden de alejamiento o incomunicación no es suficiente para garantizar el bienestar de una víctima de malos tratos, los jueces de las salas de Violencia deben de tomar medidas alternativas para controlar su cumplimiento. Una de las más seguras y fiables son los dispositivos GPS, un sistema de seguimiento que pasa por controlar tanto a la víctima como al presunto agresor las 24 horas del día alertando de un acercamiento por parte del maltratador o de una situación de peligro para la mujer.

El incremento de asuntos en las dependencias judiciales también se evidencia en el número de medidas de protección para las víctimas de violencia de género. Desde principios de año, estas instalaciones protegieron a ocho nuevas afectadas por la violencia machista en la provincia de Pontevedra. Según datos del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, el número de dispositivos acumulados pasó en menos de nueve meses de 56 casos a 64. En cuanto al número de dispositivos activos en septiembre (las cifras anteriores contabilizan solo las incorporaciones, no aquellos casos en los que se retira esta medida cautelar) son 19 las mujeres -siete en Vigo y doce en Pontevedra- que están protegidas de sus agresores en libertad por estos dispositivos GPS.

¿Cómo se realiza el seguimiento? Este control diario se materializa en el Centro 'Cometa', con sede en Madrid. Allí se reciben todas las alertas que emiten tanto las pulseras que portan los supuestos agresores como el mecanismo similar a un teléfono móvil que llevan las víctimas, atendiendo a la gravedad. "Cuando el agresor se aproxima a la posición en la que se encuentra la víctima desde el Centro se recibe un pequeño aviso. Si la pulsera sigue en movimiento queda como una falsa alarma. En cambio, si se queda estática sí que se alerta de inmediato a la patrulla policial más cercana", señalaba fuentes de la comisaría viguesa. Los agentes nacionales y locales desempeñan una función clave en esta vigilancia: su operatividad y conexión con la mujer es diaria por si avistase a su supuesto agresor. "Cada víctima cuenta con un custodio, tiene su teléfono y está disponible las 24 horas; hay personas que por su vulnerabilidad necesitan de este mecanismo de control férreo", añaden estas mismas fuentes.

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Reincidentes y agresivos

En comparación con el número total de órdenes de protección dictadas por el órgano judicial vigués en materia de violencia de género, la aplicación de estos dispositivos electrónicos de seguimiento son bajas. Y es que la imposición de esta medida cautelar solo se produce en casos "muy graves". "Se aplica a maltratadores que son reincidentes y a tenor de su agresividad y peligrosidad", señalan fuentes de la Policía Nacional de Vigo, que señalan que en todos estos casos se produce "violencia física" por parte del agresor a la mujer durante la convivencia.