El gobierno local responde a la decisión de Carlos Mouriño de dialogar con el Concello apostando de forma contundente por un acuerdo sobre Balaídos que blinde la continuidad del Celta en Vigo durante al menos medio siglo. El alcalde, valoró ayer por primera vez el cambio de postura del mandatario celeste y su disposición a aceptar la concesión del estadio en lugar de su compra y se mostró optimista sobre un posible entendimiento: "Queremos marchar juntos y ese objetivo es el que orienta nuestro trabajo", aseguró Abel Caballero horas antes de llamar al presidente celeste para concertar una reunión que en principio se pospone hasta la próxima semana. Las razones las explicó ayer el regidor. "Prefiero tomármelo con algo más de calma para hacerlo todo perfecto", puntualizó sobre las condiciones definitivas que el gobierno vigués ofertará al club y que incluirían un aparcamiento y la explotación comercial de los bajos de las gradas.

El alcalde explicó que el Concello lleva "meses" trabajando en la propuesta, pero eludió desvelar tanto el plazo de la concesión como el canon que ingresarían las arcas municipales por entender que tiene que ser el mandatario celeste el primero en conocerlas. Lo que sí puntualizó Caballero es que por ahora las negociaciones entre la administración local y el Celta no incluyen el proyecto de la ciudad deportiva que demanda el club desde hace años: "En estos momentos estamos trabajando en el estadio", aseveró el alcalde.

Siguiendo en la línea de semanas anteriores, el regidor insistió en que "el Celta y la ciudad juntos son imparables" y que "buscan lo mismo". "Queremos marchar juntos y eso es lo que nos orienta. Trataremos de hacer lo mejor para la ciudad y para el Celta", insistió Caballero, muy cuidadoso con no desvelar los detalles de la operación.

"Del proyecto no voy a decir ni una coma", aseveró antes de confirmar como ya se sabía que se planteará una concesión que podría rondar los 40 o 50 años para despejar el futuro económico del club tal y como demanda su presidente para continuar en Vigo y desechar la alternativa lanzada en octubre de trasladar el estadio y la ciudad deportiva a otro concello.

Tanto el Celta como el gobierno local parecen descartar esta opción y apostar por un nuevo contrato que por primera vez generaría al Ayuntamiento ingresos por la cesión del estadio. El documento contaría con pleno respaldo de la corporación olívica. El PP hace meses que defendió la concesión como mejor alternativa y también Marea lo considera "razonable" si se garantiza un retorno económico a las arcas públicas. Queda ahora por concretar en la reunión entre Mouriño y Caballero si el Concello se hará cargo como era su intención de la reforma completa del estadio por 32 millones de euros y se le compensa a través del canon o el Celta asume alguna parte para lograr un mayor control de la obra.