No era su primer asalto pero volvió a fallarle el modus operandi. Un atracador reincidente se sentó ayer en el banquillo de los acusado por el robo con intimidación a una sucursal bancaria en la calle Travesía de Vigo. El hombre aceptó una pena de tres años de prisión por el atraco a mano armada a un banco del que logró retirar 3.200 euros. Se enfrentaba a una petición fiscal de 4 años y medio de cárcel pero tras aplicársele una atenuante de drogadicción y llegar a un acuerdo con la fiscal, su pena se le redujo a los tres años, si bien el acusado tienen vigente una condena de cinco años por otro robo con violencia dictada hace ya tres años por la Sección Quinta de la Audiencia de Pontevedra, con sede en Vigo.

Los hechos se produjeron en noviembre de 2015. El procesado, "con ideado propósito lucrativo", entró en el banco portando una braga náutica sobre el rostro y empuñando una navaja. Se dirigió a la cajera de la entidad y le dijo: "esto es un atraco, no es una broma, ya sabéis lo que hay que hacer, dadme todos los billetes de 500". Tras acceder al mostrador, pudo hacerse con un total de 3.200 euros dándose después a a fuga. Según la Fiscalía, el acusado padece un trastorno por dependencia a opiáceos y cocaína que "merma ligeramente" sus facultades intelectivas y volitivas. Concurrieron además las agravantes de disfraz y reincidencia.