Cualquiera ajeno a la actividad portuaria que pasara ayer por la mañana delante de las instalaciones del Puesto de Inspección Fronterizo (PIF) tal vez creyese que los transportistas que aguardaban por la inspección de sus contenedores estaban cansados de tanta espera. Pero los mismos camioneros se encargaron de desmentir la falsa impresión que ofrecía la concentración de sus trailers en los aledaños del edificio. "Ojalá todos los días fueran así", afirmaban tajantes.

Como apuntaban desde empresas intermediarias de las importaciones, el funcionamiento del PIF no fue ayer ni el lunes" el normal". Al contrario de lo que están acostumbrados a padecer, como chuscos impedimentos en la admisión de documentos a retenciones de mercancías arbitrarias -las dos causas principales del desvío de tráficos a Leixões-, en estos últimos dos días "no tenemos nada que reprochar", subrayan. "Hay diligencia y ausencia de trabas", aseguran otros operadores para añadir a contundentes: "Justo lo que pedimos".

Como muestra aportan varios datos. Para empezar, que a media mañana los 40 contenedores con productos perecederos habían superado todos los controles quedando listos para abandonar el recinto. Pero más les sorprendió la buena disposición de los funcionarios del PIF. "Todo eran facilidades", señalan indicando que incluso hubo funcionarios de Sanidad Exterior que llamaron por teléfono a varias empresas para que procurasen tener todos los papeles en regla garantizándose así el despacho. "Lo nunca visto", sentencian.

Sin embargo la mayoría de los operadores consultados dudan que esta situación se mantenga en el tiempo. Porque la atribuyen a un intento de los responsables del PIF por "ofrecer buena imagen" ante los auditores de la Comisión Europea que desde el lunes analizan los sistemas de control documental con el objetivo de detectar posibles fallos. "Está claro que hay más paripé que otra cosa", resaltan.

"Desconsideración" con el Puerto

Un alto cargo de Sanidad actuó de guía de estos inspectores durante su misión en Vigo que acabó ayer sin visitar la sede de Praza da Estrela. Una "desconsideración", como así la calificaron fuentes portuarias, para con una institución que además de representar a la máxima autoridad en el Puerto "es la dueña del edificio del PIF". Más allá de este reproche, creen que esta actitud choca con la "coordinación entre administraciones" que la ministra Dolors Montserrat ordenó a su número 2, Javier Castrodeza, para buscar junto al presidente Enrique López Veiga soluciones al criticado funcionamiento del puesto de Guixar. "Mal empezamos", avisan.