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La empresa textil viguesa Naffta pide entrar en concurso con una deuda de 4,3 millones

La compañía de moda deportiva salió de la crisis tras superar otro proceso concursal, pero se ve abocada de nuevo a esta vía -Su responsable: "Saldremos adelante; la firma tiene futuro"

Miguel Ángel Sainero, en 2015 en la sede de la empresa durante una visita de la tenista Conchita Martínez. // A. Irago

Logró superar con éxito el concurso de acreedores en el que había entrado en 2009. Un nuevo equipo de propietarios tomó las riendas de la empresa en 2013, la saneó y la relanzó, como lo demuestran hitos como el acuerdo alcanzado con la Real Federación Española de Tenis para vestir a los equipos nacionales de Copa Davis y Copa Federación o el haber logrado durante dos años consecutivos -2015 y 2016- el Dedal de Oro por su innovación empresarial y la excelencia en el diseño. Pero esta firma con una trayectoria de más de 20 años vuelve a atravesar momentos complicados. Se trata de la compañía textil viguesa Naffta Sport S.L., especializada en moda deportiva, que ha pedido de nuevo su entrada en concurso de acreedores al sumar, según esa solicitud, una deuda de 4.3 millones de euros. Un pasivo que su consejero delegado, Miguel Ángel Sainero, señalaba ayer que ya redujeron a unos 3 millones. El activo declarado es de 1,4 millones. La solicitud se formuló ante el Juzgado de lo Mercantil número 3 de Pontevedra, con sede en Vigo. No se ha instado la entrada en liquidación, lo que indica que la intención de la sociedad es remontar esta mala racha. "La empresa tiene futuro, esperamos llegar a un acuerdo con los acreedores relativamente rápido para salir lo antes posible de esta situación", afirma Sainero.

Naffta, cuya sede central está en el Parque Tecnolóxico y Loxístico de Vigo y que cuenta a día de hoy con 21 trabajadores, es una empresa de moda deportiva que se fundó en 1996 enfocada al mercado femenino, segmento donde se convirtió en una marca de referencia. Desde un primer momento destacó por el cuidado y atractivo diseño de sus prendas, así como por el uso de materiales de alta calidad. Pero las dificultades financieras le hicieron entrar en concurso de acreedores en 2009, coincidiendo con uno de los ejercicios más duros de la crisis. Aquel proceso que llevó uno de los juzgados de lo Mercantil con sede en Pontevedra desembocó en la mejor de las soluciones: en un convenio que, según las fuentes consultadas, se cumplió con el pago de las deudas a los acreedores con las quitas y esperas pactadas.

Con un nuevo equipo desde 2013 en el que se puso Sainero al frente, la compañía no solo superó aquel bache, sino que inició una etapa prometedora con importantes proyectos, como el de abarcar también el segmento de ropa deportiva masculina, vestir a los equipos de Copa Davis o su proceso de expansión internacional.

Sin embargo, la firma se ha visto de nuevo abocada a pedir su entrada en concurso. La solicitud ha sido cursada en el juzgado vigués especializado en la materia. Entre los principales acreedores están un banco y la Agencia Tributaria. La compañía no ha solicitado directamente ir a la fase de liquidación, prueba de que el objetivo es alcanzar un convenio e intentar superar el bache en el que se encuentra.

"Cuando compré la empresa en 2013 estaba casi en liquidación, pero conseguimos levantar aquel concurso", afirma el consejero delegado, que señala que el coste de salir de aquella crisis es que la firma quedó mal de "circulante", complicándose aún más la situación al no poder vender una nave. "Ahora pedimos la entrada en concurso con el fin de reestructurar la empresa y no seguir con el lastre del pasado; habrá ajustes, pero intentaremos que sean los menos posibles; vamos a continuar", afirma optimista.

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