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Las calles de Vigo, liberadas de más de 350 vehículos abandonados

La mayoría fueron retirados por sus propietarios tras ser marcados por la Policía Local

Vigo va camino de quedar despejada de vehículos abandonados. Lo que se había convertido en una plaga desde 2010 -año en el que el Concello pisó el freno en la vigilancia tras enviar por error un vehículo al desguace y tener que indemnizar a su propietaria- está ahora prácticamente exterminada. En apenas seis meses Tráfico, Medio Ambiente y Limpieza han conseguido que desaparezcan 350 automóviles cuyos dueños los estaban dejando morir en plena vía pública. Lo curioso es que en la mayoría de casos el Ayuntamiento no tuvo ni siquiera que sacar la grúa. Más de 300 propietarios procedieron de inmediato a retirarlos una vez que vieron que la Policía Local los había marcado y que en cuestión de semanas serían llevados al depósito municipal. "Hubo una avalancha de peticiones de información sobre lo que podían hacer para evitarlo. Incluso se dieron casos de personas que pidieron algún día más de margen para ver si conseguían vender el coche", explican fuentes municipales.

Esta premura tuvo una doble ventaja. La más importante para la ciudad fue que estos vehículos dejaron de ocupar espacio de estacionamiento. Pero además, se atajó de raíz el problema de seguridad y contaminación que provocaban muchos de ellos tras haberse convertido en auténticos residuos urbanos por los años tirados en plena calle. De hecho, 11 de coches ni siquiera tuvieron que pasar por el depósito municipal. Su estado de deterioro era de tal calibre que automáticamente fueron retirados por el servicio municipal de Limpieza para su destrucción.

En este periodo sí se llevaron a la avenida de Madrid más de 60. Algunos ya se subastaron para chatarra y otros están todavía en plazo para que sus dueños los reclamen antes de que pasen a mejor vida. Según las cuentas de los técnicos municipales en la calle hay ahora mismo 76 vehículos marcados como abandonados. Serían los únicos que restan por quitar. En cuestión de semanas, y si sus dueños no se hacen cargo de ellos, serán llevados a depósito.

Pese a que el estado de multitud de vehículos no deja lugar a dudas a ojos de cualquier ciudadano que están abandonados, lo cierto es que el Ayuntamiento debe tener extrema cautela a la hora de actuar, ya que cualquier paso en falso puede obligarle a pagar una indemnización a su propietario por retirarlo de la calle o, en el peor de los casos, desguazarlo. Según la Ley sobre Tráfico, Circulación y Seguridad Vial, un vehículo sólo puede tratarse como residuo cuando permanezca más de un mes estacionado en el mismo lugar y presente desperfectos que imposibiliten su desplazamiento por sus propios medios o le falten las placas de matrícula. El problema es que en la mayoría de casos no se dan estos dos últimos condicionantes, lo que deja al Concello atado de pies y manos. Y es que ni siquiera tener cristales rotos, ruedas deshinchadas o suciedad por todas partes es suficiente para poder engancharlos bajo el amparo de la ley si todavía pueden desplazarse o tiene las placas de matrícula.

Problemas legales

Para salvar este problema legal y poder solucionar la plaga en evidente estado de abandono que se llegaron a acumular en Vigo desde 2010, el departamento de Tráfico tuvo que tirar de ingenio. Lo hizo recurriendo a uno de los artículos de la Ordenanza de Circulación que está vigente desde 1993. Aunque no se aplica y muchos vigueses lo desconocen, en ella se recoge que en Vigo está prohibido estacionar más de dos días seguidos en el mismo lugar. A través de este apartado tienen ya vía libre para por lo menos sacar estos coches de la calle. Pero no lo hacen a los dos días. La Policía Local los marca y, si en dos meses continúan en el mismo sitio, se ordena su retirada. Éste fue precisamente el momento en el que la mayoría de propietarios reaccionaron para evitar pagar luego las tasas del depósito y poder al mismo tiempo sacarle algo de dinero a sus coches, ya fuera vendiéndolos o llevándolos al desguace.

Pero si pasan los dos meses y el coche continúa en el mismo lugar, el Concello puede ya enviarlo al depósito sin temor a reclamaciones. Una vez allí se acoge a la Ley General de Tráfico, que permite tratar a un vehículo como residuo sólido urbano "cuando hayan transcurrido más de dos meses desde que fue inmovilizado y su titular no hubiera presentado alegaciones". El Concello trata de localizar y notificar a todos ellos. Y, cuando no lo logra, se publica en el tablón de edictos del Ayuntamiento. Los propietarios tienen varias alternativas: retirarlo previo pago de las tasas municipales; cederlo al Concello para que lo trate como residuo sólido urbano (perdería la opción a sacarle algo de dinero) o no pronunciarse, lo que convertiría automáticamente a su turismo en residuo en el plazo de dos meses y, como ya ha hecho el Ayuntamiento en varias ocasiones, se subastaría para chatarra.

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