El tráfico y el ocio son los principales agentes de contaminación acústica de Galicia. El Informe de Ruido Ambiental de la Xunta de 2016 sitúa por encima de las recomendaciones a nivel europeo los valores detectados en las dos estaciones de medición de Vigo en la avenida de Castelao y el colegio Lope de Vega. Se exceden los máximos aconsejables tanto en horario de tarde como de noche. De los nueve puntos de control que tiene desplegados la Consellería de Medio Ambiente en las ciudades gallegas, los dos del casco urbano vigués ocupan el primero y el tercer puesto. Solo se cuelan en medio los datos obtenidos en las inmediaciones de la estación de ferrocarril de Ourense y le siguen en cuarta posición las molestias registradas en la zona de Riazor (A Coruña).
El documento actualizado el pasado 26 de abril con motivo de la conmemoración del Día Internacional de la Concienciación sobre el Ruido apunta que "los valores obtenidos para la estación de Coia, sobre todo de tarde y de noche, se desvían de forma exagerada de los que corresponderían a una zona residencial". No obstante, el informe autonómico deja claro que gran parte de ese impacto acústico y del incremento de la media global de la zona se debe a los excesivos niveles de ruido que se generan durante las Fiestas de la Consolación del mes de julio.
Los técnicos de Medio Ambiente analizan de forma pormenorizada el impacto de las actividades de ocio en el descanso y la calidad de vida de los gallegos. Evalúan, por ejemplo, las molestias provocadas por las fiestas del Apóstol en Santiago con la diferencia de que la estación en la capital gallega está ubicada en el campus y los conciertos incomodan a muchos menos vecinos que en el caso de Coia, donde las noches de celebración se detectan valores "que siguen superando los 80 decibelios" cuando la Organización Mundial de la Salud recomienda no superar los 55 para poder descansar.
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En el año 2015 se produjeron las primeras denuncias durante la semana de las fiestas y la Policía Local llegó a realizar mediciones durante las verbenas por orden del juez. El segundo Informe sobre Ruido Ambiental de la Xunta de 2016 consolida a las Fiestas de la Consolación como las más ruidosas de Galicia con un pico de contaminación acústica de 85,3 decibelios frente a los 84,6 de las celebraciones de fin de año y los 77,3 que se registraron durante alguna jornada de fuerte temporal. Esta estadística revela que durante los festejos los valores registrados en la avenida de Castelao superan en 24 decibelios el ruido medio de la zona que en el último trimestre del año 2016 se fijó en 61,5 y en treinta lo aconsejable por la OMS durante la madrugada.
El análisis de Medio Ambiente es consciente de la influencia que los datos obtenidos durante las fiestas tienen sobre las medias anuales de la estación de Coia y concluye que sus valores históricos nocturnos deben ser corregidos en 7 decibelios a la baja, lo que aún mantendría al barrio por encima de los 55 decibelios. Solo cabría achacarlos de forma más directa a la intensa circulación. El ruido generado por el tráfico en la zona se mantiene estable a lo largo de todo el año si bien fue ligeramente superior durante el tercer trimestre, de julio a septiembre, coincidiendo con el tránsito hacia las playas.
La estación de Castelao presenta unos valores inusualmente altos para ser una zona residencial. La Xunta compara sus datos con la avenida Fingoi de Lugo, que soporta siete decibelios menos de ruido por las tardes y hasta diez en la franja de 23.00 a 07.00 horas. Es curioso que en el conjunto de las nueve centrales de la Dirección Xeral de Calidade Ambiental y Cambio Climático se registrase una mejoría general a lo largo de 2016 a excepción de la ubicada junto a la estación de tren de Ourense y la de Coia de Vigo, que "reproducen exactamente los valores históricos de la zona".
Los datos de la nueva estación de Vigo junto al Lope de Vega, en la carretera provincial, son mejores que los de Castelao. Se mantienen por debajo de los 65 decibelios recomendados para los periodos diurno y vespertido aunque supera los 55 durante la noche al detectarse un ruido residual alto que implica cierta actividad constante aunque no excesivamente alta.
