La asociación de comerciantes de A Pedra está decidida a revivir el mercado y a darle aires nuevos que atraigan tanto a turistas como a locales. Ayer reabrieron alrededor de la mitad de los espacios de la nave principal y el colectivo recuerda al resto de los socios de los puestos que no están bajo precinto judicial que está a punto de vencer el plazo de dos meses que se dieron para volver a levantar las verjas. Si no lo hacen, según las nuevas normas que se han marcado, los perderán. El objetivo es que esta zona de mayor tamaño esté "a pleno rendimiento" antes de que acabe el año.

Muchos de los comerciantes que ayer volvieron a A Pedra llevaban dos años y medio alejados de ella, desde que se clausura 53 puestos, almacenes y bazares vinculados al mercado a raíz de la Operación Cuarzo contra ropa de marcas falsificadas. Y es que, aunque las sentencias autorizando la reapertura de negocios han ido llegando a cuentagotas ya desde el verano de 2015, pocos fueron los que se decidieron a reabrir, hasta ahora. "Aunque estuvieras abierto, si el resto estaba cerrado ni te veían, los clientes no venían", explica el presidente de la asociación de comerciantes, Alfonso Méndez.

De ahí que, como medida fundamental para lograr la resurrección del mercado, el colectivo haya incorporado a sus normas la obligación de abrir los puestos sobre los que no pese orden judicial de clausura y que esté intentando desbloquear en los tribunales el resto -cuatro en cada una de las dos naves-. También propone condonar las deudas de alquiler que impiden trabajar a algunos a cambio de que dejen el puesto. Aunque se dará prioridad a los socios para hacerse con los que queden liberados, su presidente reconoce que ya han tenido ofertas externas. La asociación recibió la concesión municipal del mercado por 30 años, de los que restan unos 14.

El objetivo que se plantean los comerciantes es que el espacio principal esté al cien por cien a finales de 2017, mientras que el pequeño -con nueve puestos, cuatro de ellos afectados judicialmente y dos con humedades- quedaría para más adelante.

"Se pueden hacer cosas increíbles con este mercado gracias a su ubicación", se muestra convencido el presidente de la asociación. Han optado por mezclar ropa de temporada, con unos precios que "puedan competir con cualquier tienda", con outlet de marcas. Pero, "una firma no te permite poner la ropa en cualquier sitio", explica y aclara que se muestran "reacias" ante el formato de los antiguos puestos. Por ello, cambiaron los estatutos para poder unir espacios y reformaron buena parte de los que reabrieron ayer. Méndez explica que, en las próximas semanas, está previsto que las remodelaciones continúen.

Estos trabajos de reforma para el estreno ayer, para aprovechar la Semana Santa, se prolongaron hasta las 6 de la mañana. Así, la apertura de puertas se hizo esperar hasta el medio día y los comerciantes aún ultimaban detalles colocando precios.

"Que no piense la gente que está dirigido solo a turistas, es para todos los públicos", insiste Yolanda Estévez, de "Be free", donde han apostado por "un estilo más juvenil, de moda actual, low cost", según explica Yolanda Estévez. Cuenta que, tras estos dos años y medio de inactividad, "duros para todos", arrancan con "muchas ganas e ilusión". "Es un sitio muy bueno y hay que explotarlo", sostiene.

En el puesto de al lado, Marina Dosantos, ha apostado por ropa sport de caballero y señora de marcas reconocidas "a muy buenos precios". Para ella supone un "cambio en la forma de trabajar" con respecto a lo que llevaba haciendo en la nave pequeña desde 1983 y hasta otoño de 2014. "A trancas y barrancas" ha llevado este tiempo de inactividad y lo ha superado gracias "al apoyo de la familia".

Los vigueses Marcos Barreiro y Rebeca Pedrosa fueron de los primeros en visitar los puestos reabiertos. "Tienen buenas prendas, no con los precios de antes, pero son originales", describen. Se alegran de que haya reabierto "por los comerciantes y por el flujo de gente que atrae". José Luis Herrero y Alicia de Vicente, turistas asturianos y reincidentes en la ciudad, conocieron el antiguo mercado. En comparación, el actual lo ven "muy pobre" y esperan "que le den algo de vidilla".